Capítulo 7

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Rápidamente fruncí el ceño al escucharlo decirlo eso, lo observé por unos cortos segundos pero fue lo suficiente para darme en cuenta que es realmente atractivo, sus oscuras y gruesas cejas dan ese perfecto toque de frialdad a su mirada, sus ojos grises le dan intensidad mientras que sus rosados labios son una pizca de curiosidad tan llamativa que sólo el basta el simple hecho de moverse para atraerte por completo.

—¿Una cita de verdad? —pregunté confusa observando cada rincón de su rostro, ¿Cómo es posible que existan personas tan atractivas? Notablemente no soy una de esas.

Cuándo lo vi sonreír un poco, lo supe, claro que está bromeando. ¿Por qué un chico como él me invitaría a una cita?

—No hablaba en serio Sophia, ¿A quién le gustan las citas? —respondió burlón girando sus rostro hacia mí, esa barba le queda realmente bien. Sin embargo ese seco tono con el que suele hablar sigue ahí acompañado de su ronca voz, la hace sonar tan excitante.

Me siento tan extrañamente curiosa respecto a él, sé que aunque que intentara hacerle una pregunta sobre él se negaría a responderme pero me encantaría oírlo hablar todo el día, su acento inglés es escalofriantemente atractivo.

—¿Por qué no? Son geniales, ¿No te agrada la idea de conocer a alguien nuevo, compartir con alguien tus gustos y experiencias? Es mejor de lo que suena —me encogí en hombros introduciendo mis manos en las bolsas de mi abrigo.

—¿Me lo dice la chica que acaba de huir de una?—me miró alzando una ceja —Eres patética, Sophia.

—Si, tienes razón, no lo pensé antes de abrir la boca — sonreí burlándome de mí misma, lo miré y no pude evitar notar cómo sonríe muy levemente.

—Eres algo extraña.

—Me lo han dicho, entonces, ¿Por qué no te gustan las citas?—miré aquella mandíbula que es tan notaria —Supongo que es la forma más típica de conocer a alguien pero claro supongo que conocer gente nueva no es para nada tu estilo.

—¿Quién disfruta una cita? Sólo sales con alguien, se conocen y con un poco de suerte terminas teniendo sexo pero es todo, no le veo lo interesante, es sólo una estupidez que está tan sobrevalorada —Él se encogió en hombros tratando de hacer lucir que no le importan en lo más mínimo, su comentario me hice reír levemente.

—Tenemos pensamientos bastante diferentes —hablé.

—Eso es porque amas el estúpido cliché — aclaró.

—No entiendo porque los hombres siempre miran al cliché como si fuera algo malo o aburrido, enamorarse y ser romántico, entregar todo de ti ¿Qué hay de malo con eso? —se quedó mirándome por unos segundos, sin decir nada o hacer ningún gesto hasta que después lo hizo.

—¿Cuántos libros lees al día? —respondió más tarde, mirándome con desagrado.

—¿Por qué preguntas?.

—Sólo eso podría explicar la gran estupidez que acabas de decir —afirmó, instantáneamente abrí mi boca, ofendida —Enamorarte es darle a la otra persona el permiso absoluto de destruirte.

Resoplé ante su comentario —Así es cómo funciona, en el amor, o te va bien o te va mal, no hay punto medio.

—Cómo digas.

—Apuesto que no has tenido muchas novias, esa actitud de chico anti amor no te hará llegar muy lejos— esta vez yo giré mis ojos y me burlé de él.

—No me digas —Esta vez él resopló.

—Si, conozco a los chicos como tú —Dije sonriendo pero rápidamente él me interrumpió

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora