Capítulo 5

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Han pasado a lo menos 15 minutos desde que la hora del desayuno llegó y un minuto desde que terminé de comer, a pesar de todos esos minutos la mirada de Emma aún sigue en mi como la mía en ella, desayunamos en silencio sólo mirándonos mientras tratábamos de asimilarlo todo.

La escuela podría estar en llamas o en peores condiciones y sé que Emma ni yo seríamos capaces de notarlo, mis labios se abrieron un poco e intenté poder ser capaz de especular alguna palabra pero mi voz se negaba a salir de mi boca pero me alegra no ser la única, así es esto.

Noah por su parte aún comía tranquilamente ya que al no comprender lo que estaba sucediendo no lograba estar en el mismo estado de shock que nosotras. Quisiera poder explicarme a mi misma el porqué me siento de esta manera pero la verdad es que no creo que haya una respuesta lógica para esto y me resulta muy confuso.

Emma continuaba sentada frente a mi moviendo sus manos de una manera muy inquieta que de cierta forma es contagiosa, Noah no comprendía nada de lo que estaba sucediendo sin embargo, no dejaba de comer.

—Entonces... —alargó Emma diciendo la primera palabra en lo que va del día, yo la miraba sin parpadear — ¿Descubriste el color de sus ojos?.

Diablos, si lo hice y mi cuerpo pide a gritos volver a verlos, no tengo idea de quién es él, podría ser un asesino en serie pero estoy segura de que sería capaz de pagar una gran cantidad de dinero para ver sus ojos aunque que sea una vez más.

—Grises, muy grises —sólo asentí— Un hermoso y único tono que jamás había visto pero que cada vez que los observas detalladamente te sientes en un lugar desconocido, que aunque no tienes idea de donde estas sientes esa necesidad de no huir.

—Eso es extraño — me miró.

—Lo es— respondí —Ni siquiera sé de dónde salieron esas fuerzas para ser capaz de ir y hablar con él.

—¿Aceptó que ha estado siguiéndote?— preguntó inquieta. Mordió su labio ansiosa de mi respuesta.

—Si, lo hizo — asentí lentamente —No siquiera intentó negarlo, lo acepto tal cual cómo si fuera la cosa más simple que ha hecho alguna vez.

— ¿Entonces por que saliste huyendo? —exclamó desesperada.

Los brazos de Emma se extendieron y se alzaron un poco para ayudar a la énfasis que acaba de hacer con sus voz.

—¡No supe que hacer! ¡Entré en pánico!— levanté mis brazos.—No tienes idea de lo que difícil que fue estar cerca de él.

Y lo fue, quisiera mentir y decir que estar frente a él fue como estar cerca de una persona normal pero no fue así, ni tan siquiera sé la diferencia pero sé que la hay y de alguna manera eso explica la guerra que habita dentro de mi.

—Alguien quisiera explicarme lo que está pasando —dijo Noah dejando su platillo ahora vacío a un lado de él.

—Son cosas de chicas —Respondió Emma.

—Por Dios, quiero saber también — hizo un puchero.

—Sophia y un chico se acosan mutuamente pero ella tiene novio.

—Yo no acoso a nadie, él a mi si, que es otra cosa muy diferente — respondí.

—Lo que sea que este pasando se pone mejor — asintió Emma haciendo que sus manos chocaran entre si, rozándose.

—Y a todo esto, ¿Quién es él? No logré verlo bien en la mañana — habló Noah terminando su jugo.

—Ese es el problema, ella no sabe nada él — dijo Emma —Debe ser nuevo o algo así, jamás lo había visto por aquí. El punto es que se trata de un chico desconocido quién tiene un gusto peculiar por comenzar a seguir a Sophia.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora