Capítulo 17

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Han sido dos largas noches en las que parece que mi mente no podía tranquilizarse con nada, los últimos dos días no había hecho nada más que girar sobre mi cama y pensar cada segundo. Enredarme en mis propios pensamientos comienza a acabarme poco a poco.

Estuve a segundos de tomar mi teléfono y decirle la verdad a Jim, pero ¿Cómo hacerlo? Sé que lo haré pedazos, lo lastimaré mucho, sé que su reacción será terrible. Y Nate, él será peor.

—No has comido casi nada —Levanté mi vista hasta cruzar nuestras miradas, Nate mantenía la confusión en él, sé que ha notado mi inquietud, no me ha dicho algo al respecto, supongo que espera que se lo diga por mi misma.

—No tengo mucha hambre —Respondí sonriéndole un poco. Él me analizó.

—¿Estás bien?—me miró curioso.

Mi mente está totalmente perdida, las yemas de mis dedos golpeaban la mesa repetidamente haciendo que mis apenas largas uñas crearan un sonido molesto. Agite mi cabeza dirigiendo mi mirada hacia él sonriéndole lo más natural que podía.

—Si, no te preocupes —solté un suspiro —Sólo estaba pensando.

—Sophia, no soy tonto —Afirmó con algo de seriedad.

—No he dicho que lo seas —Respondí, me dio una mirada de desaprobación.

—Sabes de lo que hablo, sé que algo te pasa y no me lo quieres contar —Ladeo su cabeza un poco —¿Se puede saber que es lo que te tiene de esa manera?.

—Estoy bien —fingí hacerme la desentendida.

—De acuerdo, no me lo cuentes si no quieres, la verdad es que estás en todo tu derecho, acabamos de conocernos y no tienes por que contarme tus cosas —Respondió y siguió bebiendo cómo si nada, debía aceptar que ha dolido un poco porque de verdad quiero contarle.

Quería decirle lo que está pasando, tanto cómo a Jim, estaba jugando sucio y no sé qué pasará y me aterra pensarlo. Jim ha sido mi novio y mi compañero de vida desde muy joven, cuando descubra esto, el mundo me explotará justo en la cara.

Su mirada se centró en su teléfono mientras nuestro ambiente se tornaba incómodo, —¿A qué hora entras hoy?

Preguntó al apagar su teléfono.

—9:30 —Respondí mirando el reloj de mi muñeca. Enfoca su mirada en mi y me sonríe un poco, me distrae. Trago fuerte.

—Bien, ¿Qué harás después de clase? —Pregunto, tomé una gran bocanada de aire.

—Nate —lo llamé, él alzó una ceja —Quiero contarte algo.

Podía escuchar mi corazón latir por cada rincón de mi cuerpo.

—Te escucho.

Al sentir su mirada en mí, más aire me faltaba.

—Necesito que me escuches y sobre todo, intentes entenderme —Dije, lo vi fruncir el ceño.

—¿Qué te comprenda?, ¿Qué hiciste? —Alza una ceja.

—Bueno, hay un chico que...

—¡Sophia! —giré al escuchar el gritó de Emma junto a Noah acercándose a nosotros —¡Qué bueno verte por aquí! Has estado algo pérdida estos días.

—Hola chicos —Saludé en cuanto llegan a nosotros, ella se acercó y besó mi mejilla, seguido de eso, fue Noah.

—Hola, ¿Nate, cierto? —Emma se dirigió a Nate y fingió demencia —Creo que ya nos habíamos conocido antes en casa de Sophia.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora