Capítulo 45

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Me introduzco con cuidado en el asiento, rápidamente el olor del perfume de Nate dentro de su auto me rodea haciéndome cerrar los ojos, huele muy bien. Nate cierra la puerta y después se aleja para rodear el auto y subirse del otro lado, no digo nada sólo permanezco en silencio mientras él introduce la llave y enciende al auto.

—¿Te llevo a tu casa?—Pregunta tomando el volante con sus manos logrando que sus nudillos sean aún más notorios, su cabeza gira hacia a mi y niego al instante.

—No puedo ir a casa, le dije a mamá que dormiría con Emma lo que es gracioso porqué ni siquiera le dije a Emma que tenía planeado quedarme en su casa —suelto una suave risa que hace a Nate asentir, él ya no dice nada y se dedica a conducir, no logro dormir porque llegamos en cuestión de unos pocos minutos ya que la fiesta no estaba muy alejada, continúo mirando por la ventana cuando reconozco su casa, él estaciona el auto y apaga el motor.

—¿Puedes bajar sola o quieres que te ayude?—Pregunta quitando la llave y guardándola en el bolsillo de su chaqueta.

—Estoy bien, gracias —digo, abro la puerta y bajo del auto, Nate hace lo mismo y se acerca a mi.

—Bien, vamos —toma mi mano y la jala un poco haciéndome caminar junto a él, llegamos hasta la puerta y Nate vuelve a sacar las llaves de sus bolsillo y la introduce en la puerta que se abre enseguida, todo en el interior de la casa está oscuro pero aún así logro distinguir algunas cosas, ambos nos adentramos y luego Nate cierra la puerta detrás de nosotros. Caminamos hasta las escaleras y comenzamos a subir con un poco de dificultad pero al final lo logramos, intentamos hacer el menos ruido posible y creo que funciona porque llegamos a su cuarto sin levantar ninguna sospecha.

Ya en el cuarto Nate se dedica a encender las lámparas que están sobre los burós a los lados de su cama, me quedo parada en la puerta observando cómo se quita la chaqueta.

—¿Estás bien aquí? Puedo dormir en el sofá si te sientes incómoda, no tenemos que dormir juntos si no quieres —Dice apuntando con su mirada al pequeño sofá frente a su cama.

—No, no. Puedes dormir en la cama junto a mi, está bien, ¿Ya lo hemos hecho antes? ¿No es así?—hago un intento por sonreír, Nate asiente y se acerca al closet para sacar unas cuantas cobijas más y las coloca sobre la cama, después regresa al closet de nuevo y saca dos pijamas suyas.

—Toma, para que duermas mejor —me ofrece la pijama roja con gris, me acerco a él y la tomo, Dios, huele a él. Se me queda mirando, le sonrío y después comprende —Oh, ¿Quieres que me voltee?.

—Si—asiento.

—No hay nada que no haya visto antes pero de acuerdo —sonríe y se da la mirada vuelta para que me pueda quitar la ropa.

—No me da pena pero estoy ebria y cuando mañana despierte me sentiré incómoda —digo mientras comienzo a desvestirme, cuando saco mi ropa me coloco la pijama de Nate que huele tan bien, me queda un poco grande pero es muy cómoda y calientita —Listo.

Él se da la vuelta y me mira, me inspecciona y después sonríe.

—Luce mejor en ti que en mi —ríe, me dirijo a uno de los lados dónde dormiré, Nate se desviste sin importarle lo más mínimo que yo esté ahí, se coloca su pijama en color azul y un poco parecida a la que llevo puesta, se acuesta a mi lado dejando un poco de espacio entre nosotros, nos cubre con más cobijas y después apaga la lámpara.

—Buenas noches, Sophia —escucho su gruesa voz en la oscuridad, me cubro con las cobijas hasta al cuello, me acomodo de lado para lograr verlo, Nate esta boca arriba mirando el techo.

—Nate, ¿Puedo preguntarte algo?—me duele la cabeza, demasiado pero creo que eso no es suficiente para que mi curiosidad muera.

—Claro—responde.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora