Capítulo 21

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Todo fue cómo la primera vez que lo tuve tan cerca de mi, mi cuerpo estaba tan inquieto y las puntas de mis dedos rogaban por acariciar su delicada piel, su boca exhalaba humo cuando su cálido aliento se combinaba con el helado viento de aquí afuera. Estaba aterrada, quizás él seguía molesto, me dirá algo malo y se dará la vuelta y debo admitir que verlo marcharse otra vez es mi mayor miedo ahora mismo pero por la forma en la que hace su esfuerzo por no sonreír me da nuevas esperanzas.

Su piel, a pesar de estar siendo golpeada por el frío viento luce tan cálida para mi, su cabello está desordenado lo que lo que hace peinarlo muy seguido. Sus ojos justo cómo los recuerdo cuando descubrí aquel hermoso color en ellos, tiene unos grandes labios que son perfectamente acompañados por su barba, esa barba que le da ese inquietante toque de un chico malo que de cierta manera lo hace tan perfecto para mí.

A mi criterio, la noche había sido bastante confusa pero emocionante a la misma vez, cuando Nate besó mi labios no sabía como debía tomar eso exactamente.

No comprendía si él había logrado perdonarme o si sólo me besó por un impulso, mi corazón temía que fuera por la segunda opción, a pesar del frío que tenía en este mismo momento no me impidió sonreír cuando separamos nuestros labios, se sentía tan dulce y exquisito el poder sentir la suavidad y calidez de sus labios una vez más pero cómo todo lo bueno llega a su final tuvimos que hacer distancia entre nosotros, me rehusaba a hacerlo, no quería estar lejos de él pero tuve que acceder cuando me di cuenta que estábamos por dar la bienvenida a algo mejor, así que...

Aquí vamos de nuevo.

Con un poco de dificultad logramos abrir la puerta, nos adentramos sin separarnos, cerré la puerta con un toquesito de pie, segundos después coloqué mis manos en su pecho y di un empujón haciéndolo retroceder de inmediato, su espalda dio un choque contra la fría pared de color blanca, me acerqué de nuevo a él besándolo con desesperación mientras que mis manos se ocuparon de quitar su camisa de un tirón rompiendo algunos botones, Nate atrapó mi labio en sus dientes mordiéndolo haciéndome soltar un gemido en su boca lo que provocó que él sonriera.

Nuestros labios se movían con desesperación, como si nuestra vida dependiera de ello. Me gusta esto, él y yo tenemos una relación caliente, excitante y con un poco de peligro, nuestro sucio secreto.

—Dios —murmuré al sentir sus manos hacer un viaje hasta mi glúteos donde les dio un ligero apretón.

Pasé mis manos por lo largo de su pecho sintiendo sus abdominales marcados. De tan sólo hacer contacto con su piel sentía que me derretía, este hombre me tenía tan loca que todo mi interior se quemaba tan satisfactoriamente que podría mandar todo a la mierda a cambio de más de él.

Los jadeos continuaban por mi parte al sentirlo explorar cada milímetro de mi boca, como si conociera el camino de memoria. Sus manos se dirigieron al cinturón que empezó a desabrochar.

—No puedo creer que hagamos esto justo ahora—hablé con mi voz agitada segundos después de separar nuestras boca, sus oscuros ojos me miraban con deseo, sus labios estaban rojos e hinchados notablemente. Con mi mano en su pecho podía sentir como su corazón estaba latiendo muy rápido, latía con demasiada fuerza pero mi entre pierna me confirmaba que su corazón no es lo único que late con fuerza.

Disfruto tenerlo de esa manera.

—Todo esto es tu culpa, Sophia —Él pasó su mano por mi rostro quitando un mechón de cabello que estorbaba —Traes puesto un hermoso vestido tan malditamente ajustado que no ayuda mucho a esta situación y debo admitir que me encanta.

Sus grandes manos tomaban con fuerza mi cintura presionándome contra él dando la oportunidad de sentirlo por completo, si es así cómo se siente el infierno, estoy segura que no tardaré en acostumbrarme.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora