Mi lápiz se encuentra entre mis manos entreteniéndome durante estos últimos minutos de clase, mi pierna se mueve de manera muy inquietante y aunque intento no puedo detenerla, sólo quiero salir de esta clase para poder dormir, digamos que estar viviendo bajo el mismo techo que el chico que me vuelve loca no fue una de las mejores decisiones que he tomado.
—Sophia... Pss... Sophia—giro mi cabeza cuando escucho los susurros de Emma a unos cuantos centímetros de donde está mi lugar en este salón, volteo hacia ella ligeramente encontrándome con su rostro, lleva un lindo beanie como los que suele usar Noah, sólo que en color rojo, acompaña muy bien a su castaño cabello.
El asiento de Emma no está muy lejos pero tampoco muy cerca del mío, solíamos sentarnos una al lado de la otra pero Emma tiene una boca rebelde, una vez que se abre es muy difícil cerrarla y debido a esas circunstancias tuvieron que alejarnos para evitar que la boca de Emma interrumpiera la clase de nuevo.
Ya saben, lo típico.
—¿Qué? —susurro para evitar que la maestra nos llame la atención otra vez, debo agregar, solía ser muy tímida lo que significa que el hecho de que me llamaran la atención era una de las peores cosas que podrían pasarme, saber que todos te miran mientras la maestra te exige silencio era para mi uno de mis peores temores pero desde que conocí a Emma y su manera de hablar y hablar, ya he comenzado a acostumbrarme a eso.
—Tenemos mucho que hablar —ella entrecierra sus ojos al mismo tiempo que me apunta con su dedo índice, su amenaza me hace juntar mis cejas.
—¿No puedes esperar a salir? Siempre me castigan por tu culpa, cierra la boca y hablamos en un segundo —respondo, ella balbucea algo pero el sonido de los susurros ajenos a nuestra conversación me impide escucharla con éxito, en ese instante, el timbre suena por toda la escuela haciéndome saber, las clases han terminado.
Agradezco a Dios internamente y tomo mi mochila colocándola sobre mi hombro, me levanto de mi silla y me detengo un segundo esperando a Emma hasta que ella llega a mi lado.
—No te he visto desde el desfile ¿Dónde has estado? —pregunta mientras salimos del aula caminando por el largo pasillo encontrando a Noah en el camino.
—Hola, chicas —saluda Noah sonriendo acompañado de un pequeño guiño.
—Que tal —digo sonriendo, él se coloca a mi otro lado, caminando junto a nosotros.
—¿De que hablaban?.
—Sólo le preguntaba a Sophia donde ha estado estos días —responde Emma con normalidad quitando el beanie que cubre su cabeza, peina su cabello con sus dedos para después volver a acomodarse el gorro.
—Eso es verdad, no sabíamos nada de ti, escuché que Allen ganó la entrada contigo —Dice Noah a mi lado, asiento con total normalidad.
—¡ES VERDAD! No es que yo intente entrometerme pero necesito detalles, esto de estar saliendo con Nate y tener que irte con su primo a un hotel es algo por lo que vale la pena vivir —la ojiverde responde, rápidamente volteó hacia ella, fulminándola.
—Eso me recuerda, te di sólo 10 minutos para darme una buena idea, ya pasaron tres días y aún no tengo esa idea —la fulminó.
—La tenía, te busqué por todos lados pero no te encontré, tampoco encontré a Allen y asumí que ya se habían ido —la castaña se encoje en hombros.
—¿Había tanta urgencia para irse en menos de 10 minutos?—pregunta Noah burlón, lo miro con desaprobación.
—¿A dónde pudo haber ido?—murmuro pero ellos parecen escucharme.
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Sin Control
RomanceHay algo en ese chico, algo en el azul grisáceo de sus ojos o en la exquisita fragancia que lo caracteriza, algo que no he logrado descifrar pero que sin embargo continúa arrastrándome directo hacia sus brazos. No sé quién es él, ni lo que busca en...