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Josué se encontraba sentado en el sillón, su mirada estaba fija al teléfono y, probablemente, nadie podría desviarla, sólo él cuando lo desease.

"Hey" -Noni.

Le había llegado un mensaje del moreno, hecho que lo sorprendía ya que  no se llevaban bien, o al menos eso parecía y pensaba. Dudó en contestar por unos segundos, sintiendo un escalofrío por su cuerpo, como si una tragedia estuviese a punto de suceder.

"Hola(?)" -enviado.

"¿Podemos vernos en el callejón en el que nos reuníamos antes? Es para algo importante" -Noni.

"Va..." -enviado.

"Te veo allí." -Noni.

Ninguno escribió nada más, la conversación continuaría en el lugar en el que rápidamente habían acordado. El de gorra no paraba de dudar, tenía miedo, Noni nunca le había pedido que se reuniesen así tan de repente y eso provocaba duda y temor.

Guardó su teléfono al tomar su saco, saliendo de su hogar. Sus manos tiritaban aún cuando estaban en sus bolsillos, sentía los nervios recorrer todo su cuerpo mientras tragaba saliva al recordar el rostro del joven.

Estaba dando pasos rápidos, hasta llegar al punto de correr lo más rápido y cuidadosamente que podía, aunque, de igual modo, llegó a tropesarse.

Mierda. . .—había obtenido un raspón como recompensa, soltó un leve "agh" cuando vio como comenzaba a sangrar, sintiendo el ardor por aquella zona. Alzó la mirada al ver unas manos comenzando a atender su herida, encontrándose con la grande figura de Noni, el menor no pudo evitar fruncir el ceño ante aquella acción, era extraño ver al moreno haciendo ese tipo de cosas.

"¿Qué?" pensó, tragando saliva.

Estaban prácticamente en la entrada de aquél callejón, Noni había llegado minutos antes y había soltado una carcajada al ver al contrario caer, era como si le hubiese hecho el día con tan sólo esa estúpida caída.

Idiota. —insultó en un tono serio al menor, jalándolo del brazo al haber terminado de ocuparse de ese maldito raspón.

Lo había acorralado en una de las paredes del callejón, hecha con ya viejos ladrillos, parecía que caería en cualquier momento, rumor que ya estaba en boca de todos pero a nadie le importaba. El más alto buscó algo en sus bolsillos, sacando una navaja.— ¡Hey, hey, hey! —no dudó en gritar Josué al ver aquél arma, intentando huir, más era imposible.

Empezó a pasarla con brusquedad por los pálidos brazos del contrario, iba tan rápido que parecía una de sus adicciones más. Todo empezaba a llenarse de sangre en el de gorra, le dolía horrible y lo hacía sentir mierda que no se pudiese soltar.

  — ¡Basta, mierda! —consiguió soltarse.— ¡De esta te jodes, Albert! —huyó, el ya mencionado se limitó a quedarse parado, mirando como este huía.

Correría peligro ahora.

(. . .)

Le encantaban los milkshake's, amaba todos los sabores, pero su favorito, sin duda, era el de fresa. Pensaba que quizá uno le traería calma y tal vez olvidaría aquél asunto por unos minutos.

Entró en el restaurante de siempre, donde siempre pedía de todo y así, ayudando a la única que trabajaba allí. Esbozó una sonrisa al notar que esta vez eran dos personas, uno de mechones rojo y la nueva, una pequeña niña.

Se limitó a sentarse en una de las mesas al ver a ambos ocupados, se negaba a molestarlos y llamar su atención como algunas odiosas personas. Su mesa daba al gran ventanal, aquél detalle no pudo evitar que ladeara su cabeza para apreciar el gran paisaje que daba de las calles.

¡Hola! —volteó rápidamente al oír esa inocente e infantil voz.— ¡Soy Kath! Yo seré la que tome su orden el día de hoy, y, bueno. . . Siempre que venga, ya que soy la única que trabaja como camarera aquí, uh. —le dio gracia ver a la niña sosteniendo una pequeña y adorable libreta, mientras que llevaba un corto vestido y un delantal blanco, sin hacer falta un bolígrafo.

El mayor sólo dejó escapar una pequeña carcajada, haciendo sonreír de lado a la niña y preparar su bolígrafo rosa brillante para escribir el pedido del contrario.

Un milkshake de fresa, por favor.—la de cabellos castaños asintió, corriendo hacia su hermano. No fue necesario para ella escribir el pedido ya que sólo sería una cosa, una que le encantaba decorar.

(. . .)

La bebida no tardó mucho en llegar, o al menos para Josué no. Le encantó como había quedado, la típica crema batida, lo aburrido pero a la vez delicioso.

Wow. . . —estaba sorprendido, aquella expresión emocionaba a la pequeña y provocaba que se enorgulleciera de su trabajo. Encima de la crema batida, habían caramelos y una cereza arriba, haciendo a esta bebida un poco más colorida.

Que lo disfrute.—pronunció como despedida, asintiendo con una pequeña sonrisa y yendo a otra mesa, con intención de atender a otros clientes.

El de gorra comenzó a tomar aquella delicia sin nada de desesperación, le sobraba tanto tiempo que podía tomarse hasta más de diez milkshake's. Todo en aquél restaurante era bonito y adorable, ya hasta podía llegar a parecer una cafetería en donde maids coreanas te atenderían, dándote amor y atención.

Era lo que necesitaba, amor y atención.

Alzó la mirada al acabar su pedido, topándose con la figura de su novio, estando frente a él. Podía notar como se aguantaba de la risa, iba ya a explotar y lo sabía bien. Josué frunció el ceño, mirándolo con un bigote permanente de crema batida.

¿Cari?




¡Hola! <3

Perdonen el hiatos y la pausa del fic, realmente, estoy pensando en cómo acabará y AAAAAAAA no sé. ;_; Y además de que necesitaba un descanso. <3 (?

Espero que se hayan leído "Bipolar" para entender la referencia, si no, los cago a palazos ahre no.

¡AHORA LO IMPORTANTE!

Vayan a leer el libro de @xSakLii ;U; Son los primeros premios de este fandom y sería re bonito que participaran y compartieran el libro. <333

Bai. (?)

[OMR] Oye, ¿me reemplazaste? ;; Supeapi/Apioni fic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora