[OMR] Oye, ¿me reemplazaste? ;; Supeapi/Apioni fic.

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( Reproduce el vídeo dejado si gustas, no es obligatorio. ♥ )  

— ¿Me estás diciendo que Lorena te escribió en la noche? ¿Estás seguro?—el castaño y el de gorra se encontraban en una cafetería a medio día, donde el sol ya estaba saliendo y haciéndose bastante intenso. Aunque, para suerte de ambos, el lugar era bastante fresco y para nada llegarían a tener calor a menos de que salieran.

Jorge lo observaba con una expresión seria, limitándose a contestar porque en el fondo, estaba sorprendido. Empezaba a pensar que su novio no le había creído y que muy pronto, comenzarían las preguntas tontas que usaba para asegurarse de algo. Las conocía todas.

Y antes de que Josué comenzara, su novio consiguió callarlo con sólo una palabra.— Hey. —el menor lo miró con confusión.— ¿Me crees?—cuestionó el contrario aún con aquella expresión de seriedad, a lo que el menor asintió sin pensarlo.— Bien, entonces no harás preguntas.

El resto de la cita se basó en silencio y pequeños intentos de Josué de querer darle cariño a su novio, aunque en cada uno de sus intentos, fue rechazado cruelmente por lo distante que estaba siendo el contrario.

Llegaron a casa del menor, y este se le quedó mirando al de cabellos castaños sin decir nada, como si esperara de su parte alguna palabra o acción. Y lo consiguió.

— ¿Qué? —cuestionó Jorge con seriedad.

— Hoy estuviste muy distante. —respondió el otro igual con seriedad, haciendo que su novio lo mirase con sorpresa.
Jose dio una incómoda mirada hacia atrás, donde se encontraba la puerta de su hogar, para así volver a su amado y seguir observándolo de manera seria.

— Lo siento, yo. . .No sé qué me pasó. Discúlpame, amor. —Josué suspiró al escuchar aquella disculpa.

El mayor se acercó a él para darle un beso en los labios, beso que fue diferente a todos los que se habían dado.
Había sido un beso rápido e incómodo, y ni siquiera fue correspondido, o eso pensaba el joven castaño, ya que su novio no había llegado ni a mover los labios gustoso como siempre, se había quedado como inmóvil.

— Josué. . . —murmuró Jorge con preocupación por el comportamiento de su novio.

— Adiós. —el castaño vio como su pareja desviaba la mirada y entraba a su hogar, cerrándole la puerta en la cara, sin darle alguna explicación.

— Mierda. —las lágrimas no tardaron en empezar a caer por sus mejillas.

( . . . )

El joven de cabellos castaños tocó aquella puerta, siendo los toques que daba tímidos y leves, como si en el fondo no quisiese hacerlo y mucho menos que la puerta fuese abierta, así viendo al dueño de la casa.

  — Me arrepentiré, lo sé. —y luego de murmurar aquello, dio toques más fuertes, hasta que paró al escuchar que la manija de la puerta estaba siendo girada poco a poco, dejando ver a un Albert bastante mal—. Oh, dios.

Albert sonrió al ver al castaño buscándolo, abriendo algo más la puerta para que este pudiese pasar sin problema alguno, para así tomar la mano del contrario y jalarlo con un nivel de brusquedad algo alto a decir verdad, la sensación que sintió el joven fue bastante rara. Se había sentido como ¿obligado? Tal vez, no lo sabía, sus emociones lo confundían.