'Todo chico malo tiene su lado tierno'
Al salir del instituto, me dirigí a el bar donde vi a Hunter. Abrí la puerta de este y entré como si de mi casa se tratase.
-¡Hey, Colin! -le saludé dejando mi mochila detrás de la barra.
Él levantó la mirada de la mesa que estaba limpiando y me dedicó una sonrisa.
-Hola, bonita.
Dejó de limpiar la mesa y se acercó a mi para darme un beso en la frente.
-¿Te ayudo en algo?
-No, no -negó riendo -no hace falta, Cassie, pero gracias.
Fue detrás de la barra y yo me senté en un taburete que había delante de esta.
Observé a Colin unos segundos sin saber si preguntarle lo que había estado pensando toda la tarde.
Llevaba puesta una camiseta negra corta, que se pegaba a su cuerpo. Unos pantalones de chándal algo ajustados y unas bambas blancas.
Su pelo rubio estaba peinado hacia atrás, y sus ojos marrones me miraron al notar que estaba callada.
-¿Estás bien? -me preguntó.
-Verás... -comencé sintiendo en mi su mirada -hay un chico, que se llama Hunter...
Él asintió con una sonrisa y miró hacia abajo.
-¿Con que Hunter, eh? Suele venir por aquí. Es un buen chico. Cuando quiere, claro.
Asentí y me removí en mi silla acercándome a Colin.
-Bueno... Sabes... ¿Cuantos años tiene? -pregunté por fin.
-Si, tiene diecinueve años. No es muy mayor para ti.
Negué y suspiré.
-Oye -llamé su atención - a que te referías con eso de... ¿que es buen chico cuando quiere?
Colin sacó una cerveza de detrás de la barra y me la dio. La abrí y di un trago.
-Pues... que Hunter es un chico que hay que saber llevarlo. A veces no se controla, por no decirte nunca. No le gusta seguir normas, y no le gusta que la gente le diga que no. Pero, trabaja duro. No tiene mucho dinero que digamos, e intenta ayudar siempre que puede. Y aunque no pueda, da todo de él.
Asentí mientras lo recordaba sonríendome.
-Gracias, Colin. Mas tarde me pasaré -cogí mi mochila y salí de allí.
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Destruyeme, amor [CORRIGIENDO]
Teen Fiction·Él estaba hecho para destruir, y decidió destruirme a mí· Llegó en el momento perfecto, cuando yo más lo necesitaba. Dijo ayudarme, mas no tardó en hacerme daño. Sabía que estaba rota, pero acabó por romperme del todo. Aquél chico con mirada frí...