capítulo 8

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'Devuélveme todas mis ganas de volver a sonreír'

Cassie:

Llegué a casa acompañada de Darren, mi mejor amigo.

Abrí la puerta de casa, deseando que no hubiera nadie. Pero, ahí estaba mi padre, sentado en el sofá viendo la televisión tranquilamente.

Cabrón.

Caminé hasta la cocina y abrí la nevera, rezando porque hubiese algo para comer. Bufé al ver que seguía vacía. Cerré la nevera y caminé hasta el comedor.

-¿Se puede saber porque no hay nada en la nevera?

Él ni siquiera levantó la vista.

-Cassandra, si quieres comer vas y lo compras. 

Lo miré con asco, pensando en si realmente era mi padre.

Tocaron al timbre y, como era de esperar,él ni se inmutó.

-Abre tú -fue lo único que dijo.

-Das asco -dije dirigiéndome a la puerta.

-¿Que has dicho? -se levantó del sofá y se dirigió hacia mi.

Abrí la puerta y cerré de un portazo. No era bueno hacer eso con él.

Al salir a la calle, Hunter estaba apoyado en la puerta, y se sobresaltó cuando yo la abrí y salí.

Me miró con una sonrisa.

-Hola, preciosa -me dio un beso en los labios.

Lo aparté con brusquedad. ¿Quién se creía que era? Tenía suficiente con mi padre, que ahora venía él a tocarme las narices. Contando que hoy en el instituto se había presentado y me había besado de nuevo.

-Pero... ¿Qué coño haces?

Él me miró confundido y nos señaló.

-¿Darte un beso? -rodé los ojos y comencé a caminar -Hoy no has dicho nada.

No contesté y seguí caminando. Hunter caminaba detrás de mi, desesperandome al escuchar cada paso que daba.

Consiguió caminar al mismo ritmo que yo, mirándome con una ceja levantada.

-¿Se puede saber qué te pasa? -se pasó una mano por el pelo.

Sus ojos me miraban confundido, y sus labios formaban una línea recta.

-Nada.

Rodó los ojos y me cogió por la muñeca. Me hizo girarme hasta quedar frente a él, y me sorprendió la fuerza que ejerció.

-Suéltame, joder -mascullé.

Hunter me removió en mi sitió y acercó su cara a la mía.

-¿Qué te pasa? -preguntó de nuevo.

Suspiré al ver que no se iba a dar por vencido hasta que se lo dijera.

-No quiero que me beses -dije sin mencionar que estaba molesta con mi padre.

Claro que quería que me besara. Pero no así. No sin ser nada.

-¿Porqué?

-Porque no somos nada -respondí obvia.

Él bufó y me besó en un movimiento rápido. Puso su mano detrás de mi cuello, acercándome más.

Me sentí idiota al no apartarlo cuando acababa de decirle que no quería besarle. Se separó de mí y clavó sus ojos grises en los míos.

-Sal conmigo -se encogió de hombros.

Solté una carcajada al escuchar lo que dijo.

-¿Qué? -preguntó confundido -¿Qué te hace gracia?

-¿Te das cuenta de lo que acabas de decir?

Asintió y se puso serio.

-He dicho que salgas conmigo, no sé donde está lo gracioso.

Me separé de él, esta vez algo molesta.

-¡Apenas nos conocemos, Hunter! ¿Pero qué te pasa?

Se tensó en su sitio, y me miró cabreado.

-¡Venga ya! ¿En serio no vas a salir conmigo porque nos conocemos desde hace poco? Te gusto, y lo sabes. No sé cual es el problema.

Lo miré unos segundos. En parte tenía razón. Me atraía, y no había problema en salir con él, ¿no?Me parecía una buena persona y de mi tipo. Me animó el día después de lo de mi padre, y podría salir bien.

Se cruzó de brazos, y seguía observándome, esperando una respuesta.

-¿Saldrás conmigo? -preguntó con media sonrisa, que me remató.

Asentí y su sonrisa acabó de ocupar sus labios por completo, mostrando sus perfectos dientes y sus hoyuelos.

Se acercó a mí rápidamente y puso sus manos en mis mejillas, juntando nuestros labios.

Destruyeme, amor [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora