Destruyeme, amor [CORRIGIENDO]

capítulo 17

'Especialista en convertir tu sonrisa en otro llanto'

Hunter:

Cuando por fin llegamos a mi casa, me quedé quieto mirándola sin saber del todo que decir.

Había ido a buscarla al Instituto porque no podía con la culpa que sentía. Habíamos vuelto a mi casa caminando, lo que odiaba. Quería tener un coche, lo cuál era imposible ya que no me llegaba con lo que pagaba trabajando en el mecánico. Intentaba ahorrar, pero siempre lo gastaba todo cuándo Steph o su amigo me llamaba cuándo había algo nuevo para pillar. De todas formas, aunque me llegara, había cosas mas importantes que debía pagar.

Volví a centrar mi mirada en Cassie, que estaba seria.

Me acerqué a ella a paso lento, intentando mantener todo bajo control.

¿Que se suponía que tenía que decir?

-Cassie... -comencé, sentándome a su lado en el sofá.

Ella clavó su mirada en mi, y no supe como seguir.

Joder, ¿porque tenía que ser tan preciosa?

Me lo ponía todo tan difícil...

-Sé que estás molesta, lo entiendo -suspiré- pero no quiero que te enfades conmigo por algo que ya no tiene remedio...

-¿Que no tiene remedio? -me interrumpió ella girando su cuerpo hacia mí -¡Claro que lo tiene! Si tú quieres, puedes dejarlo. Yo puedo ayudarte, Hunter. Quiero hacerlo.

Joder, ella no lo entendía. ¿Como lo iba a entender si no lo vivía?

Bufé y me pasé las manos por el pelo repetidamente.

-Cassie, joder -mascullé- ¿No te das cuenta de que llevo tiempo haciéndolo? No es tan fácil, no es lo que piensas.

-¿Hace cuanto que lo haces? -preguntó.

Llevaba desde los dieciocho haciéndolo, e iba a cumplir los veinte dentro de unos pocos meses.

-Desde los dieciocho.

Ella cerró los ojos y suspiró.

-¿Vas a dejarlo? -preguntó.

¿Dejarlo? Millones de veces había dicho que iba a ser la última, y aquí estaba, con Cassie intentando convencerme de que lo hiciera.

-Venga, Hunter. No lo hagas por mi, hazlo por ti. Prométeme que lo dejarás.

Al ver que no contestaba se levantó del sofá y se dirigió a la puerta de la entrada.

-¡Joder! ¡Vale, vale! -corrí hacia ella.

No podía permitir que se marchara. Ella era lo único que me quedaba.

Se giró con una sonrisa tímida y se puso roja.

Adorable.

-Prométeme que no lo harás -dijo ella.

Suspiré, antes de prepárame para la mentira mas grande.

-Te lo prometo.

Me abrazó, y yo la cogí en brazos mientras depositaba pequeños besos en su cuello.

-Gracias... -susurró.