capitulo 21

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'lo único que nos ha mantenido unidos ha sido la miseria'

Cassie:

Caminé hasta la casa de Hunter, dispuesta a hablar con el sobre el suceso de hace un par de horas. Sentía que lo estaba haciendo mal, pero aún así no me atreví a dar la vuelta y volver al bar. Necesitaba verlo. 

Una vez delante de su puerta, toqué el timbre. Algo dentro de mi gritaba que saliera corriendo, pero no fui capaz. 

Unos pasos se escucharon dentro de la casa hasta acercase a la puerta. Esta se abrió y apareció tras ella Hunter, despeinado y con un chándal negro. 

Él no parecía sorprendido, lo que me descolocó totalmente. Me observaba de una manera neutra, era como si me hubiera estado esperando porque sabía que iba a llegar en esos momentos. 

Levantó una ceja y abrí los ojos algo asustada. Ni siquiera sabia que iba a decirle... 

-¿Cassie? -habló.

-Yo he... -comencé- he venido a hablar contigo.

Me indicó con la cabeza que pasara. Yo entré, y todo se encontraba como hacía unas horas. 

Se sentó en el sofá y sacó un cigarro. Lo encendió y me miró en silencio. 

-¿No dirás nada? -preguntó al fin.

Pensé unos segundos que decir, pero nada venía a mi mente. 

-Bueno.... -dije acercándome a él -he venido a decirte que no quiero estar enfadada contigo.

Asintió y se recostó en el sofá. 

-¿Porqué estabas enfadada? -preguntó sin mirarme. 

Elevé las cejas. ¿No era obvio?

-Digamos que no te has comportado muy amable conmigo- lo miré seria. 

-Tú conmigo tampoco -dijo soltando una risa falsa. 

¿Yo cuando me había comportado mal con él? ¡Tan solo había dicho que no se molestase en acompañarme!

-¿Pero que dices, Hunter? -dije con ambas manos en el aire, elevando la voz. 

Él se incorporó en el sofá y dejó el cigarro en el cenicero. Puso los codos en sus rodillas y me miró negando con la cabeza. 

-No entiendo porque te molesta que te acompañe- se encogió de hombros. 

-¡Oh, venga ya! -gruñí- ¡No he dicho eso!

-¿Y qué es lo que dijiste? 

Bufé y caminé hasta él. 

No entendía porque tanta importancia a una tontería como esa, pero no quería enfadarme de nuevo. 

-¿Podemos olvidar esto? -pregunté.

Él rió, pero se puso serio de inmediato, levantándose rápidamente y agarrando mi brazo acercándose a mi. 

-Piensa lo que has echo -dijo serio. 

Sería absurdo decir que se parecía a mi padre en esos momentos, así que tan solo dije que se comportaba como uno. 

-¡No he echo nada malo, joder! -intenté separarme de él. 

Me soltó bruscamente, haciendo que retrocediera unos cuantos pasos hacia atrás. 

-¡Eh! -me quejé. 

Se pasó las manos por el pelo suspirando. 

No servía de nada intentar entablar conversación con él. 

-¿Sabes qué?  -caminé hasta la puerta -me voy, pasa de mi.

Me miró amenazante desde su sitio, tenso. 

-Ni se te ocurra salir -escuché su voz. 

Elevé ambas cejas. La confusión y la rabia crecía sin avisar. 

Al ver que no entendí bien lo que quería decir con aquello, volvió a hablar:

-Si sales, terminamos. 

Abrí la boca sin saber que decir. ¿Realmente me estaba amenazando?

-Tú misma -caminó hasta la pequeña mesa que había en el sofá y cogió de nuevo el cigarro, sentándose. 

Aún atónita, entré de nuevo, cerrando la puerta despacio. Me apoyé en la puerta y vi como se asomó una sonrisa por los labios de Hunter. 

Por muy tonto que pareciese, no quería perderle. No sabía si me aferraba a 6el porque de verdad me gustaba, o por miedo a sentirme sola, pero sabía que él me apoyaba y comprendía, y no podía acabar con eso. 



Destruyeme, amor [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora