capitulo 41

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Días después nos encontrábamos los dos en un pequeño bar, tomándo algo para matar el tiempo.

Se inclinó un poco sobre la mesa y me dio un beso.

-Te quiero

Sonreí.

Bebió de la cerveza que había sobre la mesa, y su vista recorrió el bar, como si no se fiara de la gente que había.

Cogí el móvil y miré los mensajes que tenía. Respondí a uno de Colin, donde le decía que me pasaría por su bar más tarde.

-¿Con quién hablas? -dijo cogiéndome el móvil de las manos.

Lo miré sorprendida, pero no dije nada al respecto.

-Con Colin.

Hunter levantó la vista serio, y yo agaché la mía un segundo ante la incomodidad.

-¿Hablas enserio? -gruñó

Comenzó a leer los mensajes y vi como su mandíbula de tensaba.

-No vas a ir

Lo miré de nuevo y alcé ambas cejas.

-¿Qué? -pregunté molesta.

-Ya me has escuchado -se encogió de hombros.

Quería ver a Colin, era mi amigo le gustase o no.

-Hunter... -hablé.

-No empieces, Cassie -se levantó de la silla bruscamente- voy a por más bebida.

Lo observé ir hasta la barra, y cogí mi móvil antes de que él viniera y se lo guardara.

Unas voces detrás de mí me hicieron sobresaltarme.

-¡Tss!

Me giré y vi a unas cuántas mesas de donde yo me encontraba a unos jóvenes de casi mi edad, mirándome atentamente y divertidos.

-¿Cómo te llamas? -dijo uno de ellos.

Me quedé estática y muy nerviosa, ya que Hunter podría darse cuenta en cualquier momento de que hablaba con ellos.

-Cassie -dije en voz baja volviendo a mirar al frente.

Escuché como nuevamente me llamaron, y aunque no quería me giré, deseando responderles para que se callaran cuanto antes.

-¿Cuántos años tienes? -preguntó otro de los chicos.

No sabía si responder o no, pero tampoco hizo falta, ya que las botas de Hunter sonaron por el suelo del bar hacia la mesa donde ellos estaban.

-¿Estáis hablando con mi novia? -dijo en tono agresivo.

Ellos negaron, pero uno de ellos, el que me preguntó el nombre asintió.

-¿Qué pasa si hablo con ella?

Hunter no dijo nada. Ni una palabra. Sino que cogió a el chico de la camiseta y le propinó un puñetazo en la mejilla sin aviso.

El bar se revolvió ante la pelea, y yo me levanté de la silla y corrí hasta Hunter.

-¡Para! Venga, Hunter -lo llamé- vámonos, no estaban haciendo nada.

Los vasos de las mesas cayeron al suelo, al igual que alguna silla por los empujones que se daban.

Sentí un tirón en el brazo que me sacudió en mi sitio.

-¡No vuelvas a hacer algo así! -escuché gritar a Hunter, seguido de una bofetada.

La pelea ya había terminado, pero no podía asimilar lo que acababa de hacerme. La mejilla me ardía, y no me veía capaz de hablar para decirle que no me volviese a tocar.

Comencé a llorar, y sentía todas las miradas puestas en mí. Los chicos me miraban con lástima, sabiendo el porqué no les contestaba tranquilamente hacía unos minutos.

Salí de allí corriendo, y entré en casa tan rápido como pude.

Destruyeme, amor [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora