Al ver cómo Aris besaba a Teresa frente a mi, la poca felicidad que tenía desapareció. Lo conocí hace apenas unos días, cuando el idiota de Thomas buscaba a Teresa en las instalaciones de aquel extraño edificio. Me agradó de inmediato, su sentido del humor me encantaba, sin mencionar lo tierno y dulce que era. Pero al ver cómo intercambiaba babas con esa zorra, le hice una cruz imaginaria. Cuando Thomas, Aris y Teresa aparecieron en la colina, una sensación de amor-odio me invadió.
–¡Tommy!–lo abracé con todas mis fuerzas–. Me alegra que estés a salvo.–
El chico me sonrió.
–Tenemos que hablar.–bufé molesta ante las palabras de Teresa.
La chica y Aris contaron brevemente lo sucedido. CRUEL y su plan, la seguridad de Thomas y toda esa garlopa. El de ojos azules no dejaba de mirarme, pero yo simplemente lo ignoré.
°•°
Minutos después, ya preparados para marcharnos, me encontraba charlando animadamente con Minho cuando Aris llegó a nuestro lado.
–Pues... como que aquí apesta a traidor, yo me voy.–el asiático hizo un gesto con la mano antes de marcharse.
–¿qué quieres?–solté sin mirarlo.
–¿no me crees?–
–Claro que no, eso de "estar bajo las órdenes de CRUEL" no es una buena excusa.–Me crucé de brazos.
–Vamos, ____. Tú sabes que no la besaría por voluntad propia.–
–¿y por qué no?–lo miré de reojo.
–Porque a mi me gusta otra chica.–su rostro se tornó rojo de inmediato.
–¿a si? ¿quién?–
–Tú sabes muy bien quién me gusta.–
–No, no lo sé.–Aris suspiró.
–Tú. Tú me gustas, ____. Y sé por el enojo que tienes ahora, que tú también me quieres a mi.–me acerqué a él.
–Escúchame una cosa, Aris. Realmente me encantaría perdonarte y tal vez lo habría hecho de no ser porque a la persona que besaste es una zorra traicionera de primer nivel.–aparté la mirada–. Lo siento, pero me tomará algo de tiempo poder verte sin querer partirte la cara de un puñetazo.–
El chico levantó la vista y me miró algo triste.
–No me interesa esperar, haré lo que sea con tal de que me perdones.–frunci mis labios en una pequeña sonrisa.
–Gracias, Aris.–
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