*cuando volvieron al berg y descubrieron que Newt no estaba allí, una desesperación comenzó a esparcirse por todo tu cuerpo. Sin perder más tiempo, salieron en busca del rubio, quien había sido llevado al "palacio de los cranks"*
–¿estará bien?–preguntó Thomas mientras comenzábamos a caminar por el lugar, buscando al rubio con la mirada.
–Le conviene estar bien... o voy a matarlo.–
–¿por qué nos molestamos en buscarlo si quieres matarlo?–
–Cállate, Jorge.–
Nadie dijo nada más, lo cual agradecía. Newt era la persona más importante para mi y no iba a permitir que se quede en este asqueroso lugar. Él estaba infectado, pero no me daría por vencida hasta encontrar la cura para él.
Cueste lo que cueste.
Tras un rato caminando por el lugar, una mujer aparentemente estable se acercó a nosotros.
–¿están infectados?–negué.
–Buscamos a un amigo. Se llama Newt, es rubio, delgado y de ésta altura.–hice una seña con la mano–. ¿lo has visto?–
–Niña, por aquí hay mucha gente con esas características, pero... creo que sé de quién hablas. Tu chico llegó hace unas horas ¿verdad?–asenti emocionada–. Está en el centro comercial, pero ten cuidado, los cranks más inestables acostumbran reunirse allí. No los molestes demasiado.–
–Muchas gracias...–le di unos pastelillos que traía en la mochila, ganándome una sonrisa de su parte.
–No imagino a esa mujer como un crank.–soltó Minho mientras nos alejábamos–. Ni a Newt.–
–Newt no se convertirá en una de esas cosas, no lo permitiré.–Minho sonrió de lado.
Al llegar al lugar, me adelanté a los demás y busqué al rubio, encontrándolo recostado sobre una de las paredes de un negocio.
–Newt...–me acerqué rápidamente al chico.
–¿qué hacen aquí? Váyanse.–suspiré.
–No voy a dejarte, aunque tenga que arrastrarte vendrás conmigo.–
Newt suavizó su mirada antes de acercarse a mi.
–Escucha, ____. Soy muy inestable, ahora estoy bien pero... no quiero hacerte daño.–
–Tú no vas a lastimarme, te curaremos. Encontraremos la forma de hacerlo...–posé mi mano en su mejilla–. No pienso volver a separarme de ti, Newt.–
El chico sonrió levemente.
–No vas a dejarme en paz ¿verdad?–negué–. Entonces voy con ustedes, pero con la condición de mantenerme apartado hasta que resolvemos mi... situación.–
–¡claro que no!–lo abracé–. No voy a dejarte solo.–
Newt rió por lo bajo mientras correspondía mi abrazo.
–Gracias...–
–¿por qué?–
–Por nunca abandonarme.–
Sonreí ampliamente antes de besar fugazmente sus labios.
–Vámonos de aquí, crank.–tomé su mano mientras comenzábamos a caminar fuera de allí.
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