~° Shots, imaginas y demás garlopas (The Maze Runner)

Gally

Será sad, están advertidas, larchas.

Dedicado a michieGyers

°•°

Después de recoger a Thomas de aquel lugar en ruinas, nos dirigimos a la costa, donde decidimos descansar un poco y ver qué haríamos a continuación.

–¿todo bien?–Gally se sentó a mi lado, dejando una mochila a sus pies, cosa que me causó curiosidad.

–Sí, solo... pensaba.–lo miré sonriente–. Por fin dejaremos de escondernos, por fin podremos estar tranquilos y sin tener miedo. Por fin...–besé su mejilla, muy cerca de su boca–. Podremos estar juntos.–

La expresión en el rostro de Gally me inquietó, no parecía feliz en lo absoluto.

–____... tengo algo que decirte.–el chico se puso de pie y tomó mi mano para guiarme lejos del grupo.

–Gally, me asustas.–solté apenas nos detuvimos en una pequeña colina.

–____... tengo que irme.–el rostro del chico no se inmutó en ningún momento.

–¿a qué... te refieres?–

El chico se levantó la camiseta, dejando a la vista una oscura telaraña expandiéndose por todo su torso.

–Dios...–me llevé las manos a la boca–. No te preocupes... Podremos... Podremos arreglarlo, estarás bien.–el chico negó.

–No, linda. Esto ya no tiene arreglo y soy peligroso para la gente de aquí. Tengo que irme.–las lágrimas amenazaban en salir.

–No... no te vayas, y si te vas... y-yo iré contigo.–tomé su mano, pero él me apartó suavemente.

–Lo siento, pero no puedes venir. No hay futuro conmigo, ____. Quédate aquí, Thomas y los demás te cuidaran.–

–¡no quiero que nadie me cuide!–exclamé soltando algunas lágrimas–. Quiero estar contigo, es lo que siempre quise desde que nos conocimos. No voy a dejarte ir solo, ni de broma.–

Gally se puso serio, parecía algo enojado. Había visto lo que le ocurrió a Newt y realmente detestaba pensar que lo mismo podía pasarle a Gally.

–No está a discusión, ____.–el chico se acercó a mi y besó mi mejilla, sujetando suavemente mis brazos–. Quédate aquí, sé feliz y vive... por favor.–asenti con dificultad–. Te amo, linda. Nunca lo olvides.–

Gally tomó su mochila y, tras dedicarme una débil sonrisa, comenzó a caminar hasta desvanecerse en la oscuridad.

–Yo también te amo, Gally.–susurré con la voz quebrada antes de darme la vuelta y volver al campamento.