*después de una tonta pelea con Aris, fuiste en busca de tu gran amigo Minho.*
Sin decir nada, me senté junto a Minho, quién se encontraba bebiendo un poco de agua sentado sobre un pequeño banco. Al ver que no me prestaba atención, suspiré pesadamente.
Sin respuesta.
Volví a suspirar mucho más fuerte, esta vez ganando un quejido molesto de parte del asiático.
–¿Qué sucede, tienes algún problema?–soltó con algo de molestia volteando a mirarme–. ¿o sólo viniste a interrumpir mi bebida de las 5:30 por aburrimiento?–le dio un sorbo a su vaso.
–Aris puede ser un imbécil a veces.–Minho se ahogó levemente con el agua–. ¿Qué te sucede?–
–No, nada. Es que nunca pensé que escucharía el nombre de Aris y la palabra "imbécil" en la misma oración. ¿qué hizo de malo ese pequeño? Si es un ángel caído del cielo.–rodeé los ojos.
–Es que... ¡es muy idiota!–
–Sí vamos por el hecho de ser idiota, Thomas es un idiota, Newt es un idiota, yo... ligeramente soy un idiota, tú eres una gran idiota.–enarqué una ceja–. ¿podrías ser más específica?–suspiré.
–Es que le dije más de una vez que no me gustaba como Rachel se le acercaba, hasta un idiota se daría cuenta de que la chica pretende algo más con él. Y el idiota simplemente le sigue la corriente.–me crucé de brazos molesta.
–Bueno, Aris no sólo es un ángel caído del cielo, también es medio shank por si no lo notaste. No notaría una indirecta ni aunque se lo pusieras en un cartel luminoso.–sonreí–. Así que ¿qué te parece si en vez de enojarte por algo así, vas y le explicas detalladamente lo que te molesta? Apuesto que el pobre ha quedado muy confundido después de que le hayas dado un gran sermón a gritos.–
–Sí, tienes razón. Iré a hablar con él. Gracias, Minho. Lamento haber interrumpido tu hidratación.–
–No te preocupes, lo que sea por una amiga. Pero si estás libre, ¿Podrías traerme otro vaso de agua?–
–Claro, después de charlar con Aris.–
–Entonces no, gracias. Quiero tomar el agua hoy, no mañana.–le dediqué una sonrisa antes de marcharme.
°•°
Encontrar a Aris no fue difícil, estaba sentado junto al gran árbol de la colina detras del campamento.
–Hola.–le dediqué una pequeña sonrisa mientras me sentaba a su lado.
–Hola...–un pequeño silencio reinó entre nosotros–. Escucha, ____. No sé qué es lo que hice mal, pero quiero que me lo digas. No soporto estar lejos de ti.–no pude evitar sonreír.
–Tú no hiciste nada malo, Aris. Fue todo mi culpa.–el chico me miró sin terminar de entender–. Le gustas a Rachel, eso es más que evidente. Cada vez que ella se acerca a ti, me entran ganas de... matarla con una lanza.–Aris rió tiernamente.
–Ahora entiendo porqué te enojabas cuando ella estaba cerca mío. Perdón, no me di cuenta de que eso te molestaba.–negué mientras me acercaba a él.
–No te preocupes, ya todo está bien.–besé fugazmente sus labios, ganándome una sonrisa vergonzosa de su parte–. Pero que quede claro que no bromeaba cuando dije que iba a matarla con una lanza la próxima vez que se acercara ti, está advertida.–
–Entendido, le daré el mensaje.–le dediqué una sonrisa antes de acomodarme a su lado.
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