Mientras Thomas, Newt y tú corrían por los pasillos del gran edificio en busca de Minho, se toparon con un guardia y dos doctores saliendo de un cuarto.
–¿dónde está Minho?–gritaste apuntando tu arma hacia ellos.
–Escucha, linda. Tú y tus amigos terminarán como ese joven chino en cuestión de minutos.–soltó con gracia el guardia.
–¡no es chino, maldito hijo de puta!–exclamaste mientras te lanzabas sobre el tipo y le dabas un buen puñetazo.
–Esa es mi chica.–exclamó una voz conocida desde el interior del cuarto.
–¿Minho?–volteaste hacia la puerta, desde donde el chico te miraba con expresión enamorada.
–Buena paliza le has dado.–exclamó mientras se lanzaba a abrazarte–. Me encanta cuando eres tan brava.–
–Te llamó chino ¿qué esperabas que hiciera?–el chico te besó con demasiada emoción.
–Estamos aquí ¿saben?.–soltó Thomas con algo de incomodidad.
Minho tomó tu mano antes de comenzar a correr.
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