Por más que intento recordarla, lo único que logro es tener dolor de cabeza. No sabía si salir y hablar con ella era lo indicado ahora, así que decidí esperar un poco.
–Hey, ¿ya estás en el grupo ganador?–Minho entró al lugar. Le mostré la pequeña venda que ____ me había puesto en el hombro.
–Seh, ya soy de los suyos.–
–Siempre lo fuiste, amigo.–palmeó mi espalda–. ¿sucede algo? Te vez... raro.–
Lo miré serio, no sabía si decirle o no.
–____ me acaba de decir que... nos conocíamos antes de que me metieran al laberinto.–Minho abrió los ojos sorprendido (me reí fuerte xDxD).
–Diablos, eso es... raro. ¿tú no la recuerdas?–negué.
–Ahora no sé qué hacer. Al parecer ella me quería mucho y yo... no sé como sentirme al respecto. Creo que es una chica increíble, sí. Pero no sé si iguala el sentimiento que ella tiene por mi.–
–Eso parece complicado...–
–¿tú qué dices?–me miró–. ¿algún consejo?–
–¿tengo cara de consejero amoroso?–se puso de pie–. Mira, Newt. Si esta chica y tú tenían una historia juntos, lamento decirte que es imposible que la recuperen, al menos de tu parte es imposible. No puedes fingir que la recuerdas y mucho menos fingir que la quieres. Si ella te quiere, sabrá entenderte. Quién sabe, tal vez con el tiempo llegues a enamorarte de ella.–hizo una mueca–... Mierda, tengo hambre. Nos vemos luego.–se retiró.
–Al parecer, sí eres un buen consejero...–suspiré mientras me recostaba en la silla.
°•°
Durante el resto del día, no vi a ____. Según Thomas, estaba haciendo más dosis de la cura por si encontraban a mas personas como yo. En la noche, mientras todos cenábamos alrededor de una fogata, miraba disimuladamente a la chica que se encontraba frente a mi. Reía a gusto con las tonterías que Jorge le contaba. En cierto momento, volteó a mirarme y tras unos segundos, me sonrió tiernamente. Aunque no recordaba nada en concreto, tenía esa sensación extraña en el pecho cada vez que la miraba. Poco a poco, todos fueron retirándose, hasta que solo quedamos unos pocos.
–¿hablaste con ella?–Minho se sentó a mi lado, dándome un pequeño susto.
–Aún no, no encuentro el momento indicado.–
–Déjate de tonterías, ve y dile lo que sientes.–
–¡ese es el problema!–exclamé algo molesto pero sin elevar demasiado la voz–. Ni siquiera sé lo que siento.–
–Amigo, eres un desastre. Y yo que pensaba que te había aconsejado perfectamente.–rodeé los ojos mientras volvía a mirar a ____, quien esta vez hablaba animadamente con Gally.
Tal vez... demasiado animada.
El chico le había tomado una repentina confianza que no me gustaba para nada.
¿quién se cree que es para hablarle tan tranquilo a mi novia?... bueno, ex novia. ¿o es novia? ¿rompimos?
Como sea, lo quiero lejos. Con una extraña valentía brotando desde mi interior, me puse de pie y caminé hasta su posición, mirando seriamente a Gally.
–¿te molestaría dejarnos solos? Tengo algunas... consultas que hacerle a ____. Ya sabes, de la vacuna.–
Gally asintió algo molesto y se alejó, dejándonos solos.
–¿qué sucede?–____ sonrió amablemente–. ¿sientes alguna molestia por la vacuna? ¿fiebre tal vez?–
–En realidad, no. Sólo quería que Gally se fuera.–me senté a su lado–. ¿podemos hablar?–
–Si es por lo que te dije en la mañana, no te preocupes. Sé que no me recuerdas en lo absoluto y eso no es culpa tuya.–rió con algo de tristeza–. Ni siquiera tendría que habértelo dicho.–
–No no no, en realidad, creo que hiciste bien en contármelo.–me miró confundida–. Realmente no recuerdo nada y... saber que alguien tan increíble como tú estuvo presente en mi vida de cierta forma me alegra.–sonreí–. El hecho de que yo haya conseguido una novia es algo difícil de creer, realmente me cuesta hablar con las chicas.–
–En realidad, fui yo quien te habló primero. Tú siempre te escapabas, asi que prácticamente tuve que arrinconarte contra un muro para que no huyeras. Y también... fui yo quien te pidió para salir.–sonrió–. Ese día estaba muy nerviosa, tenía miedo de que dijeras que no. Me planté frente a ti y armándome de valor dije "quiero que seas mi novio ¿tú quieres que sea tu novia?". Tu cara estaba casi tan roja como las brasas de la fogata.–
En ningún momento dejé de mirarla, quería apreciar cada uno de sus gestos.
–¿y yo qué te dije?–
–Nada. Simplemente asentiste nervioso. Eras muy vergonzoso, siempre era yo quien tenía la iniciativa de besarte, o simplemente abrazarte.–suspiró–. Me encantaba tomarte de las mejillas y llenarte el rostro de besos, te ponías completamente rojo.–me miró algo triste–. Todo esto debe ser extraño para ti, lamento si te hice sentir incómodo.–negué.
–Para nada, todo lo contrario. Suena... maravilloso.–la chica sonrió tiernamente–. Quería decirte que, a pesar de que no recuerdo nada de lo que tú me estás contando ahora, realmente siento que te conozco, en lo más profundo de mi ser. Quiero conocerte mejor, o bueno... Quiero conocerte de nuevo.–____ soltó una risita–. ¿eso sería posible?–
____ me miró fijamente por unos segundos, hasta que llevó sus manos a mis hombros y me besó tiernamente en la mejilla.
–No hay nada que me gustaría más, Newt.–
Tal y como ella me había mencionado antes, sentí mi rostro arder, y podía jurar que estaba tan rojo como las brasas de la fogata.
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