Capítulo 23

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La mañana de Navidad había llegado. Para la mayoría de gente, Navidad significa familia, tiempo de estar juntos, descanso... Pero no para ella.

-Señorita.-llamó un elfo deomestico desde la gran puerta de madera. Jess Greengrass contestó con un gruñido a modo de respuesta- Señorita, es hora de levantarse. Le iré preparando su desayuno- le hizo una leve reverencia, insistiendo-. Con permiso.

El elfo se fue. Jess abrió un ojo para mirar la hora en un reloj muggle que le había regalado Lily las Navidades pasadas. Se apoyó y se sentó en el borde de su cama. Las cosas no iban a mejor, y ella había podido comprabarlo estos días viviendo con su familia.

Se levantó y después de una ducha con agua fría, bajo abajo. En el comedor principal, encontró a sus padres. Una mujer rubia y con cabello muy rizado, levantó la cabeza, blanca como la nieve, para posar su mirada verde en su hija.

-Jess, cariño.- le saludó con un tono un tanto frío.

-Hola.-en el tono de Jess se demostraba cansancio.

-Increíble...-murmuró su padre, que estaba concentrado en una especie de carta.

-Cedrece,-le llamó la atención su mujer- luego lo hablamos...

-¡No hay nada de que hablar!-dijo tirando con desprecio el papel a la mesa.

-¿Ocurre algo?- preguntó Jess. Acercó su mano al papel que se encontraba a apenas unos centímetros de ella. Cuando la iba a coger, un rayo verde apareció llevándola directamente a la mano de su madre. Su madre le dedicó una sonrisa fugaz mientras se guardaba la varita.

-Tranquila, cielo. Son cosas de tu padre, déjalo.

-¿Y qué hacemos con Jess?-le preguntó el hombre a su mujer, como si su propia hija no estuviera delante.

-¡Cedrece!- su mujer se levantó.

-¡Yo no voy a arrastrar ahora a mi hija!-dijo elevando la voz él. Jess supo que algo andaba mal y dejó el vaso en la mesa.

-¿El qué?- preguntó Jess

-¡Cedrece! ¡Jess vendrá, es su deber!-le espetó su madre.

-¿¡Se puede saber de que habláis!?- se levantó Jess también. El habiente se había vuelto mucho más violento.

-¡Es solo una niña, no le podemos venir que venga a esa reunión, joder!- gritó él.

Muchas cosas pasaron en ese momento. Su padre, en un ataque de furia, golpeo con fuerza la mesa. Su madre, enfadada también gritó con toda su fuerza "¡CEDRECE!".

Jess se asustó sin darse cuenta e inconscientemente, cuando por arte de magia se movió el jarrón y ella sin pensarlo dos veces apuntó con su varita al jarrón y sin decir nada, este reventó. El miedo se había apoderado de ella y el hecho de escuchar un ruido detras le asustó más.

Todos se callaron y miraron hacía el jarrón. Su madre lo miró y luego a ella sorprendida, al igual que su padre.

-Lo siento, yo...- Jess se avergonzó por ese acto reflejo que le había salido sin querer.

-¿Cómo has aprendido eso?- dijo en un hilo de voz su madre.

Jess cayó en la cuenta. Para su edad, hacer un hechizo destructor no verbal solo con la mirada, no era algo muy común. "El ejército de Dumbledore" pensó su cerebro.

-No lo sé- dijo Jess. Por primera vez desde su entrada, su padre le prestaba especial atención. Se dió la vuelta y se encontró con esas atentas miradas.

Su madre procesaba algo que ella no podía entender.

-Jess- dijo como si pensara con que continuar-, cariño... Pasarás el resto de las Navidades con tu amiga, si te parece bien. Papá y yo tenemos que encargarnos de unos asuntos.-le dedicó una mirada rápida a su esposo.

James y LilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora