Capítulo 22

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James estaba a punto de contestarle. Pensó. Pensó en la ilusión de como lo había preparado, y en como en un segundo la ilusión se fue. Pensó en los brazos de Snape rodeando lo que tanto quería. Pensó en su escena perfecta, que ahora era una escena robada. Pensó en como hacía apenas una hora una sonrisa ocupaba la ira, que tenía en ese momento. Era como si el tren que tanto tiempo hubiera estado esperando, pasará  y otro hubiera subido en su lugar.

Eran muchas cosas que pensar, así que James lo acortó.

-Nada.- dijo y volvió su mirada a un punti fijo del cristal. Lily suspiró, indignada y se levantó.

-¿Sabes qué? Muy bien.- Lily miró rápidamente a su alrededor. Remus estaba mirando desde la puerta. Jess miraba la escena de pie y Sirius de pie también detrás de ella. Peter estaba sentado con la boca ligeramente abierta mirándolos.-Remus, vamos seguimos con la revisión.

Y salió del pasillo. Remus se quedó unos segundos más, mirando al abatido de su amigo ocultar sus emociones por orgullo.

-¡Remus!- la voz de Lily sonó desde fuera.

-Voy.- murmuró él, y sin dejar de mirar a James, se fue.

El silencio reinó en el vagón. Sirius y Jess continuaban de pie. Ninguno sabía que decir, o que opinar si quiera. Jess poco a poco se sentó al lado de James y Sirius se volvió a sentar en su antiguo sitio. Ese fue, sin duda alguna, el viaje más largo de sus vidas.

Las horas pasaron y el tren ya estaba parado en King Cross, en el andén 9¾. Una marea de niños y padres ocupaban todo el andén. Además, el hecho de que algunos alumnos tendrían que cruzar el muro hacía el mundo muggle lo hacía todo más difícil. Entre esos alumnos que tenían que cruzar, se encontraba la prefecta de Gryffindor, Lily Evans. Ella, junto a más prefectos, ayudaban a bajar del tren a los demás alumnos, orientarlos y despedirse de los profesores.

-Tu hermano estará por allí.- le indicó amablemente a una niña de segundo curso. La niña fue corriendo hacia la dirección señalada de Lily.

-Esa era la última niña.- dijo Remus, detrás de ella. Lily se quedó mirando a la niña correr hacía allí.

-Sí...- confirmó Lily. Se dió la vuelta para encontrarse con Remus. Él tenía una sonrisa sincera, los ojos ámbar le miraban felizmente y un par de arañazos de sus noches de transformaciones le quedaban en la cara.

Habían pasado tanto esos tres meses. Recordó por encima como le habían pillado siendo hombre lobo, cuando casi le mató, las tardes estudiando, los paseos de prefectos por los pasillos, la noche en la sala de los Menesteres, todos esos momentos.

-Te echaré de menos...- dijo Lily con unos ojos un tanto mojados, sonriendo. Remus extendió las manos y Lily le abrazó fuertemente.

-¡No exageres! Nos vemos en tres semanas...- Remus río.

-¿Me escribirás por Navidad?- preguntó Lily, dramatizando.

-Claro...- respondió Remus. Se separaron lentamente.

-En fin... Nos vemos aquí el 10 de enero, ¿No?- preguntó Lily.

-¡Qué sí...! Si desaparezco te avisaran, tranquila- ironizó. Lily puso una mueca de " no bromees con eso" pero luego sonrió.- Voy a despedirme de Jess, adiós.- se acercó y le dió un beso en la mejilla.

-Vale... ¡Ey, si la ves dile que me busque!- le gritó. Mientras Remus se iba, levantó el dedo pulgar de espaldas, dando a entender que lo había oído.

Lily se quedó ahí parada pensando en que hacer. Entonces vio a lo lejos a un grupo de cuatro personas siendo observadas por varias chicas de alrededor. Juraría que eran los Merodeadores, hasta que se acordó que acababa de hablar con Remus hace un rato. Aunque no se equivocaba del todo. Sirius, James, Peter y Jess hablaban reunidos con maletas y escobas al rededor. Lily se acercó con su maleta y una pequeña mochila.

James y LilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora