James y Lily

Capítulo 56

-¡Expelliarmus!- un jadeo se le escapó de la boca mientras continuaba- ¡Opuggno!- gritó señalando unas plumas y, acto seguido, al muñeco de madera. Las plumas salieron volando, velozmente y con violencia, se clavaron en el muñeco de madera, haciéndole tambalear.

Lily no se detuvo y continuó. Corrió un par de metros y sin titubear señaló al mismo muñeco pensando el hechizo mentalmente. De su varita salió un rayo de luz azul que hizo explotar al muñeco.

Entonces, la sala hace aparecer otro muñeco, de madera también, y perfectamente nuevo. Ella corrió hacía atrás, lista para atacar. Llevaba un top morado, que se ajustaba a su cuerpo, lo que le permitía estar cómoda.

-¡Bombardo!- gritó con fuerza. El muñeco explotó en mil pedacitos que se dispersaron por toda la gran sala. Una presencia le incomodó así que dio una patada hacia atrás, rompiendo la cabeza a otro muñeco.

Unas plantas aparecieron del suelo, rápidamente sin dejarle tiempo de reacción. Estas le sujetaron de los pies, fuertemente, a la vez de que otro muñeco aparecía.

La puerta, situada en un extremo lejano a ella, se abrió poco a poco, dejando aparecer a un chico despeinado y curioso. James decidió quedarse mirando desde la puerta, viendo como ella se las apañaba.

-Lumus- dijo entre jadeos. Mientras las plantas se metían, asustadas, otra vez entre el suelo, Lily miraba a su enemigo fijamente. Con el brazo recto, apuntó amenazante al muñeco cerró los ojos y gritó "bombardo". El muñeco volvió a estallar en cientos de trocitos, acabando así su entrenamiento.

Se quedó la sala en un silencio total, únicamente roto por los jadeos de cansancio de la pelirroja. Unos aplausos comenzaron a sonar, sobresaltando a Lily. James se acercó, lentamente y sin dejar de aplaudir, sonriéndole.

-Me habías asustado, idiota... - reconoció.

-¿Entrenando a estas horas? - preguntó James, con un tono sospechoso.

-No podía dormir, bajaba a dar una vuelta por los jardines y se me apareció la sala. Un poco de entrenamiento me viene bien, y más ahora...- se justificó Lily.

Las cosas en el mundo mágico cada vez iban peor. Los seguidores de aquel hombre de nombre misterioso eran cada vez más numerosos. Más gente se volvía cada vez más y más intolerante a personas exactamente igual que ellos. Cada día, dos o tres alumnos abandonaban el colegio, quedando cada vez menos y menos.

James entendió esa respuesta. Era un tema delicado y sabía lo importante que era para ella. Aún le quedaban alguna que otra secuela de aquella noche cuando le atacaron y ella indefensa, no pudo hacer nada. Lily ahora se toma muy en serio su propia defensa.

-Ya...- dijo James- ¿Y esa ropa tan...? - dijo James mirándola de arriba abajo y sonriéndole.

-¿Tan qué?- preguntó Lily poniendo las manos en su cintura.

-No sé, tan... ¿muggle?- sonrío James, acercándose más.

-¿Te gusta?- dijo ella- No me la ponía desde  el verano.

-Me encanta.- contestó rápido James. Se acerco y le dio un beso en la frente- Cariño, vete a dormir, es muy tarde y mañana estarás cansada...

-A eso iba, ahora recojo las cosas y...- Lily se quedo parada un segundo y le miro con curiosidad- James, ¿Qué estás haciendo tú aquí?- le preguntó con otro tono más duro y desconfiado.

-Eh... ¿Yo? Bajaba a los jardines a tomar el aire, también.- dijo sonriéndole. Lily le seguía mirando, esperando la verdadera respuesta.- ¿Has visto que casualidad tan verídica y muy difícil de inventar en estos 4, 3 segundos?

-¡Eh, James, tío!- la voz de Sirius sonó de fondo- ¿Y sí ponemos la bomba de pintura en la habitación de Lily y Jess, en vede en la de los Slytherins? ¡Sería lo más gracioso que ha podido pasarle a este colegio! ¿Te las imaginas cabradas a lo...?-Sirius apareció por la puerta y se le quedó mirando a los dos.

Lily le miraba con los brazos cruzados cambiando la mirada de Sirius a James. James por su parte, miraba a Sirius con una expresión de "¿en serio?".

-¡Lily! ¿Qué tal?- dijo sonriendo falsamente Sirius al cabo de unos segundos.

-A dormir. - dijo Lily seriamente.- Los dos. Ya.

-Sí, señora...- murmuraron los dos a la vez, saliendo delante de ella.

-Y Sirius.

-¿Sí?

-Mis paredes están divinas de rojo, no necesito una segunda capa. -sonrío sarcásticamente la pelirroja.

-Oído, señora...- dijo Sirius, asintiendo.- Lo daba por supuesto...

Y así, se fueron a dormir y a descansar para lo que les quedaba por venir.

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¡Hola! Capítulo muy extra, cortito pero necesitaba equilibrar con la bomba del funeral de la última vez.🙃

¿Quién más ama a Sirius y a James tanto como yo, por favor? 😍❗️

Darme estrellita ⭐️ y vuestra opinión.

Os leo! Besos!