James y Lily

Capítulo 17

El gran comedor estaba repleto de gente, que aprovechando que era sábado, habían dormido más y bajaban a desayunar más tarde. En la mesa Gryffindor había algo diferente.

Los Merodeadores, solían estar riendo o bromeando entre ellos, pero ese día no era el caso. Había aún más cosas diferentes. Unas cinco o seis chicas miraban al grupo, esperando como de costumbre alguna sonrisa, normalmente de Sirius. Pero no, Sirius Black, estaba muy concentrado en sus tostadas, además llevaba ya un par de semanas en las que, por alguna extraña razón no solía ser... ser él. James, para variar, no estaba mirando a Lily que junto a Jess hablaban en casi la otra punta de la mesa, con no muy diferente ánimo al de los Merodeadores, a decir verdad. James, también estaba concentrado en sus tostadas.

Peter tenía un gesto nervioso y no paraba de lanzar rápidas miradas a las dos chicas que se encontraban más allá. Remus en cambio, estaba sentado al lado de Black. Tenía una expresión cansada, bueno, todos la tenían. Él miraba a un punto fijo del periódico que había sobre la mesa, abierto de par en par, aunque no lo leía. Sus ojos se fijaban en el gran título:

"Nuevos ataques hacia la población muggle"

Sirius Black giró la cabeza para encontrarse con un Remus destrozado. Tenía varios arañazos en la cara y una mirada ida. Fue él quien rompió el silencio.

-No tendrías que haber venido...- murmuró Sirius.

-Se merecen una disculpa por...- dijo Remus inmediatamente.

-¿Disculpa? ¿Por qué?- inquirió Sirius- No tienes que disculparte a nadie, no es algo que tu hayas elegido, no te puedes controlar, no tienes culpa de nada...

-¡Al menos una explicación!- cortó Remus, un poco más alto de lo normal.

El silencio volvió a reinar entre ellos.

En la otra parte de la mesa la pelirroja miraba su mano, mientras que Jess le miraba a ella. Era el mismo silencio que en la otra parte.

-¿Segura?- preguntó Jess.

-Jess...- Lily no dejaba de mirarse la mano- estoy segurísima. Ayer lo tenía y es muy importante para mí, es de...

-Tu abuela, ya.- Jess se pasó una mano por la cara. Tras una pausa, continuo- ¿Vas a volver, no?

-Claro que sí. No puedo perderlo...- Los ojos se le humedecieron un poco al hablar de algo tan simple para muchos como era un anillo.

-Hey...- Jess intentó sonreír y le puso su mano sobre la suya.- Yo te acompaño, ¿Vale?

-No...- Lily intentó devolver la sonrisa- No puedo pedirte que vuelvas al bosque prohibido por un maldito anillo...

-Lily...-dijo con ternura la morena.

-He dicho que no.- La pelirroja le sonrió y se levantó de la mesa. Rodeó la larga mesa y se acercó a Jess, que miraba su zumo de calabaza- Gracias- le dijo dándole un beso en la mejilla. Lily se separó y le guiño un ojo.

Jess le sonrió, y Lily salió del gran comedor. Los cuatro chicos se fijaron como Lily se iba y Jess se quedaba sola.

-¿Como lo hacemos...?-preguntó Peter, que estaba terriblemente nervioso.