-Creo que me he perdido.- confesó la pelirroja sentada en su cama. Se encontraban en la habitación de Lily y Jess, esperando el regreso de Sirius del despacho del director.
Jess jugaba al ajedrez mágico con Peter en una mesa cercana. Remus y James estaban sentados en la cama de al lado.
-No es muy difícil, Lils...- suspiró Remus.
-¿Por qué el director le deja entrar? ¿No se supone que a amenazado su familia con matar a todos los nacidos de muggles?- preguntó extrañada- ¡Como servidora!
-No sé, eso mismo decía la profesora Mcgonagall.- apuntó James.
-Y pensó que era una de las "amiguitas" de Sirius. Aún no he caído tan bajo- murmuró.- No te ofendas...-añadió mirando a Jess.
-Tranquila.- dijo la morena sin desviar su mirada de su peón.
-¿Y por qué todos la conocíais menos yo?- preguntó Lily.
-Soy el mejor amigo/hermano de Sirius. Claro que la conocía.- aclaró James.
-X2.- dijo Remus.
-X3.- se sumó Peter, moviendo su reina negra.
-¿Y tú?- preguntó Lily mirando a su mejor amiga-¿A que venía lo de "Jess, querida" y lo de esos abrazos, y, y, y...? ¡Todo!
-¡Jaque Mate!- dijo mientras movía su reina y se comía el rey se Peter.- Lily, me he criado con ellos. Druella es como si fuera mi tía también... Es muy buena amiga de mi madre.
-Increible...- fue lo único capaz de decir Lily, antes de dejarse caer en la cama.- ¿Que estará haciendo Sirius?
Se pasó otra vez la mano por el pelo, para asegurarselo que estaba bien. Volvió a mirar a Dumbledore. Juntaba sus yemas de los dedos y sonreía amablemente con una de sus sonrisas de boca cerrada. A su derecha la profesora Mcgonagall, de pie, vestida como siempre con un moño impecable. Ya parecía más tranquila que antes, la presencia de Albus sería capaz de calmar a cualquiera.
Él estaba sentado en la silla, enfrente de ellos. A su lado estaba sentada Druella. No se podía imaginar que querría o que pintaba ella allí. Él sabía que detrás de esa falsa sonrisa, ocultaba algo. Detrás de su madre, Narcissa miraba inquietante todo de su alrededor. A Sirius le dio la sensación de que ella ya sabía que iba a decir su madre.
De alguna forma u otra le llegó a dar un poco de pena. Ella tenía un año menos que él, pero poseía esa mirada inocente, nada que ver de la de su madre. Sus ojos grises como los de su padre, los ojos de los Blacks, desprendían miedo. El silencio que inundaba el despacho no era incómodo, simplemente aterrador.
-Perdonad la tardanza.- se disculpó Bellatrix, entrando por la puerta, con el profesor detrás.- Madre.- sonrió.
Eran iguales, pensó Sirius. Nunca se había fijado hasta ese momento. Druella se levantó y sonriendo, Bella, se acercó a su madre. Tenían el mismo pelo castaño oscuro, los mismos ojos negros, la misma cara. Tal vez Bellatrix tenía una constitución menos delgada que la de su madre, pero por lo demás, nadie negaría que son madre e hija.
Se dieron un rápido abrazó. Sirius miró fijamente a Bellatrix, analizándola. Su hermana Andrómeda tenía la cara más redonda, ojos marrones en lugar de negros, y era mucho más alegre. Narcissa en cambio... Había salido a su padre, Cygnus.
-No sabía de vuestra llegada... Hoy.- dijo sonriendo. Bellatrix parecía haber abandonado su expresión y carácter de locura.
-Yo tampoco lo tenía previsto- dijo volviéndose a sentar-, a sido una decisión de última hora.

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James y Lily
FanfictionÉpoca Merodeadora, James y Lily con su preciosa historia de amor, sus peleas y reconciliaciones, Sirius con sus ligues, Remus con sus problemas peludos, y la amenaza de una futura guerra, les hará estar más unidos que nunca y demostrar que por uno d...