A cada paso que daban, James sentía las palabras de Lily más fuertes en su cabeza.
"¡Es una estupidez!"
Lo era. Sirius, delante, iba guiándolos. Habían decidido entrar por la trampilla trasera que él aseguraba que existía. La parte trasera del castillo, era oscura y representaba lo oposito a la fachada delantera, llena de estilo, lo más parecido al estilo gótico muggle.
Se detuvo delante de unas piedras mal apiladas, que destacaban un tanto.
-Es esta. Colagusano, ven, ayúdame. - Se arrodilló y comenzó a quitar piedra tras piedra. Peter, más atrás, temblaba un poco.
-¿E-Estas seguro? No sé si esto es una buena idea... - dijo con tono miedoso.
"¡Es una estupidez!"
A James le volvió a resonar esa serie de palabras comprendidas entre dos exclamaciones. Más fuerte. Más alto.
Remus vagamente comenzaba a volver en sí.
-Peter. - dijo Sirius en tono seco, cortante, mientras ya desempeñaba la tarea. Peter no recordaba la última vez que su amigo le hubiera llamado "Peter". Él siempre había sido "Colagusano". Comprendió la importancia de la situación - Porfavor.
Dudó un segundo más, pero al ver que James se acercaba a ayudar, pensó que él no iba a ser menos. Al cabo de un minuto, las piedras dejaron ver una trampilla cuadrada. La verdad sea dicha, en mal estado. Con tapa de madera, revelaba el paso del tiempo sin su uso con las malas hierbas que habían crecido a su alrededor y la suciedad que les aguardaba.
Sirius cogió fuerte el asa de metal que la presidía. No hablaba. Tal y como había prometido hacer Jess si hacía justo lo que estaba haciendo.
Tiro fuerte, pero la trampilla no se abría. Pensó en ella, tan guapa, tan valiente. Tiró más fuerte aún. Un ruido sonó y la trampilla resultó abierta, sujeta por una vieja bisagra.
-¿Creéis que por ahí cabremos? - dudó Peter. La trampilla era un túnel estrecho, pero lo suficiente ancho para una persona.
James se guardó de hacer una broma fácil diciendo "algunos mejor que otros" aludiendo al peso extra de su amigo, pero lo descartó. No era el momento.
-No nos queda otra. - susurró Remus, detrás de ellos. Los tres se giraron. Parecía muy cansado, pero estaba en sí, pensaba, y era consciente de lo que estaba pasando, más que suficiente. Le necesitaban.
-Me alegro de verte, compañero.-le sonrió Potter.- ¿Quién hace los honores?
-Iré yo.- decidió Sirius, entrando en la trampilla. Se debía arrastrar, puesto que la inclinación era casi inexistente. Él conocía el camino, si no le fallaban los cálculos, aparecería en una de las antiguas salas de estar de las brujas de compañía de la señora. Una sala muy clásica y aburrida para su gusto.
James le siguió, sin dudarlo.
-Tú primero. -le cedió Peter al Licántropo- No te dejaré el último tal y como estás... - intentó explicar Peter. Remus asintió en señal de acuerdo, era lo más sensato y su amigo tenía razón. Entró tan sólo quedó Peter fuera. Dedicó una mirada a la luna, casi tapada en su totalidad por el eclipse- Merlín... dame fuerza.
Y acto seguido, entró y comenzó a raptar junto a sus compañeros.
-Típica sala en la que me castigarían...- dijo James mirando con asco evidente la estantería de libros que relataban las hazañas antecedente por antecedente de la familia Malfoy, probando así su sangre tan pura de la que alardeaban.
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James y Lily
FanfictionÉpoca Merodeadora, James y Lily con su preciosa historia de amor, sus peleas y reconciliaciones, Sirius con sus ligues, Remus con sus problemas peludos, y la amenaza de una futura guerra, les hará estar más unidos que nunca y demostrar que por uno d...