Capítulo 48

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Pocos meses de febrero fueron tan fríos como ese, el del 1978. La noche había llegado, y con ella el calor de las estufas ocupa cada habitación del gran castillo. Los periódicos avisaban sobre la posibilidad de fuertes lluvias ese último día del segundo mes del año.

Un joven de ojos ámbar, se encontraba en su cama, hecho un ovillo con más de cuatro mantas. Estaba incorporado, junto a una chica morena que le imitaba.

-Esto... Lily, ¿Cómo va el fuego? -preguntó Remus, lanzándole una suplicante mirada a su amiga. Lily estaba sentada en una silla de estudio, con una manta rodeándola. Giró la cabeza hacía su derecha, donde una pequeña hoguera calentaba el ambiente. Era un fuego mágico sin duda, no desprendía humo ni amenazaba con quemar la madera del suelo.

-Igual que hace dos minutos.- respondió señalándo las llamas con la varita.

-¡Peter!- gritó James. Los dos amigos compartían una cama, también incorporados como Remus y Jess.

-¿Ahora que pasa?- se quejó en un tono molesto Pettigrew.

-¿Qué que pasa?- contestó mirando por debajo de la cama- ¡Deja de arañarme o córtate las uñas de los pies!

Peter bufó.

-Lily... - gimió cansado James.

-¿Qué?

-Cambiate por Peter... - le animó, dando unos golpecitos a su lado, en la cama.

-¡Eh!- soltó Peter.

-Aquí estoy bien, gracias. -dijo sonriendo, acurrucándose.

La puerta del baño se abrió y salió Sirius. Los cinco amigos, que estaban tapados hasta las orejas, se quedaron de piedra al verle entrar.

-Uf... -murmuró, pasándose una mano por el cuello- que bien me ha sentado la ducha...

-Sirius... -llamó Lily.

-¿Hum?

-Se puede saber por qué... Quiero decir... ¿No tienes...? -No sabía como explicarlo- A ver, me refiero...

-¿Qué mierdas haces?- adelantó Jess. Sirius frunció el ceño. Una pequeña toalla cubría de su cintura para abajo, el resto del cuerpo lo llevaba al descubierto.

-Es Sirius, no pasa frío.-aclaró James, sin darle mayor importancia.

-¿Como no puedes tener frío?- preguntó asombrada Jess. -¡Vas a coger fiebre de dragón!

-¡Esto no es frío! Hace un poco de... brisa. -intentó justificarse Sirius.

-Cada día me asombro más hasta donde puede llegar la estupidez humana... -murmuró Lily lo suficientemente alto como para que le oyeran.

-Sois unos exagerados...- dijo Sirius.

Se sentó en la silla junto a Lily, pero obviamente sin mantas. Alguien tocó a la puerta, y todos miraron a Sirius.

-James han llamado.- comentó Sirius.

-Canuto, tío, estoy tapado, no me jodas...- dijo James, defendiéndose.

-Joder...- murmuró al levantarse y dirigirse hacía la puerta- Exagerados y en cima, vagos.

Abrió la puerta con una expresión seria, para encontrarse a una chica morena clara de ojos azules sonriéndole a la puerta. Llevaba una carpeta amarilla en su mano y vestía con ropa muggle de invierno.

-¡Ah! ¡Madre mía!- murmuró retirando la mirada a algún punto del suelo. Tenía una voz aguda y dulce, parecía de una niña pequeña.- S-siento si-si he interrumpido a-algo... Em... Venía a buscar a Lily... P-puedo volver luego, claro...

James y LilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora