Rompiendo la Tradición

42: Nuevo Amigo.

Entro a la cocina y veo a mi madre mirandome fijamente, sentada frente a la mesa con sus codos sobre ella.

_Tenemos que hablar- dice con tono autoritario.

Siempre lo que viene atrás de esa frase hace que tengamos una pelea y hoy no es mi mejor día como para estar discutiendo ¿que me tendrá que decir ahora? Porque creo que no hice nada malo o mejor dicho no hice nada malo con testigos que me puedan acusar.

Me siento el la silla junto a ella.

_¿Que?

_En algunas semanas comienza la gira de modelos por Europa y vos vas a ir.

_¿Que?- vuelvo a preguntar.

_No empecemos con este juego, como escuchaste en unas semanas nos volvemos a Europa- lo dice con tanta naturalidad que me da bronca.

_¿Como?¿Y la escuela?¿Ailin con quien se va quedar?¿Mis amigas?- pregunto mirando a la nada tratando de entender.

_La terminaras cuando volvamos que por cierto dura tres meses, Ailin volvera a Irlanda y tus amigas no importa, te puedes hacer otra.

_¡No!- me levanto y golpeó la mesa con mi puño- Ya me cagaste la vida hace un año, otra vez no.

Comienzo a caminar con paso firme hacia la puerta de entrada.

_¡Te guste o no lo vas a hacer!- escucho su grito de la cocina.

Abro la puerta y la cierro de un portazo dejandola sola, se que no voy a volver por un par de horas, comienzo a caminar sin rumbo hasta que me detengo en una plaza llena de juegos con niños, sus padres y un puesto de helado, creo que no fue el mejor lugar donde parar, me siento en unos de los bancos en modo indiesito con la cabeza gacha jugando con mis dedos.

No entiendo ¿porque lo hace?, ¿que le hice yo? Tan mala era de pequeña para que hoy me trate sólo como si fuese un paquete, que puede trasladarlo como si nada.

Siento resbalar por mi mejilla una lágrima y gritos nombrando mi nombre, me seco la la lágrima rapidamente.

No me gusta que nadie me vea así, me hace sentir como si fuese débil y fácil de intimidar.

Giró en dirección a los gritos y veo como los primos de Ian vienen corriendo hacia mí con el detrás.

_Te fuimos a buscar a tu casa pero tu mamá nos dijo que habías salido a caminar- me dice Nicolás sentándose a mi lado.

_¿Estas triste?- me pregunta dulcemente Natalie.

_Ehh no, claro que no- pongo un mechón de su cabello detrás de su oreja tratando de sonreír.

_Chicos porque no van a jugar- propone Ian.

_Esta bien, Nicolas una carrera hasta los columpios- Natalie sale corriendo.

_Cuidado con mi chica- el pequeño rubio señala a Ian- ¡Esperame Natalie!- sale corriendo detras de su hermana.

_Ian se que prometí que te ayudaría a cuidar a tus primitos pero no estoy de humor- me levanto para irme.

El es más rápido y se pone en mi camino impidiendome el paso.

_Espera, ¿que te pasa?- miro un carro de helados para evitar su mirada- Vamos puedes confiar en mi- toma mi mano y comienza a hacer pequeños círculos en ella.

_Es una larga historía- digo sin mirarlo.

_Afortunadamente soy un chico con demasiado tiempo libre.

Se sienta en el banco con una pierna de cada lado obligándome a hacer los mismo.

_Tienes que cuidar a tus primos- lo miro a los ojos.