Quiero avanzar rápido con esta historia, así que esperen el siguiente capítulo en un rato más... que les esta pareciendo el POV de Ángel??? Deja tu comentario y tu voto... (◔◡◔)
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-Ya llegamos patrón- me avisa Meño.
Venimos en seis camionetas, pues varios de los muchachos me "acompañan" a celebrar, estoy seguro que en cuanto reciban atención femenina, les importará un bledo, festejar con su patrón.
Otros más vienen como escoltas, ya les tocará para la próxima. Un hombre, les indica donde estacionar, al parecer tenían reservados algunos espacios para nosotros frente al lugar.
Bien, ya me está gustando la atención, lo suficientemente cerca, para salir a prisa, en caso de requerirse. Nunca se sabe, un pitazo a la policía, aunque a decir verdad, no soy buscado, solo porque no me conocen, he sido muy cuidadoso al respecto, pero no planeo correr riesgos, entre más tiempo pueda permanecer lejos del radar de las autoridades, mejor.
-¿Qué te parece?- me pregunta Vargas, cuando abre la puerta de la Escalade, en la que viajé. Un grupo de hombres se bajó a inspeccionar que todo esté en orden, para que entremos Vargas y yo.
-Pues no se ve muy prometedor- le digo, echándole un vistazo al lugar.
Es un edificio de seis pisos, parece un hotel. En la parte de abajo, hay unos grandes ventanales pintados con color ámbar, supongo que para discreción de los clientes.
-Hombre de poca fe, ya verás lo bien que te la vas a pasar- promete.
-¿Ya has venido?- asumo que sí, para estar tan seguro de lo que nos espera.
-Hace tiempo vine un par de veces, pero mi patrón es un hijo de puta, que me hace trabajar a todas horas y ya no he podido venir- me reprocha.
-Cabrón, pero así ganas. Así que más vale que mi regalo sea el mejor del lugar- le advierto pegándole un puñetazo en el hombro.
-Vámonos, ya nos hicieron la señal- me dice.
Se refiere a la señal, de que todo está en orden y los muchachos en sus posiciones. Me bajo de la camioneta y empezamos a acercarnos a la puerta, un par de mis hombres están parados ahí, y otros más que no pertenecen a mi organización, también están armados. ¿Será por nosotros esa seguridad?
-¿Por qué están armados esos cabrones?- le pregunto discretamente a Vargas.
-Checo y Chegoyo también cubren sus espaldas- responde encogiéndose de hombros.
No me gusta para nada esto.
Entramos últimos al lugar. Está repleto y aunque quiero echar un mejor vistazo, los muchachos me tapan la visión. Es su trabajo, cubrirme. Nos dirigen al fondo del salón, un lugar con sillones de cuero y una mesa de billar, los hombres de la guardia, están parados protectoramente en diferentes puntos, al pendiente. Seguimos avanzando y mis hombres se ponen tensos al escuchar unos gritos, volteo hacia el lugar, pero no alcanzo a ver nada, unas carcajadas se empiezan a oír y mi grupo se relaja. Solo se trata de algunos borrachos y su escándalo.
-Bienvenido Señor Villanueva- me dice un hombre chaparro y calvo.
Extiende sus brazos con familiaridad y se acerca para darme un abrazo. Podría pedirle que se aleje de mí y dejarlo con los brazos extendidos, pero no quiero empezar esta noche con tensiones de ningún tipo, lo dejo que me felicite.
-Él es Chegoyo, el dueño del lugar- me explica Vargas.
-Muchas gracias Chegoyo, puedes llamarme Ángel- le digo.