Ya vi que las lecturas aumentan, pero no los votos, ni los seguidores... Malvados! o(╥﹏╥)o
Pero para que vean que no soy rencorosa, este fin de semana de puentecito, subiré tres capítulos seguiditos.... disfruta este, el primero...1/3
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Me quedo un rato pensando en lo que me acaba de platicar Lety. Como ese cabrón abusó de Emma, en vez de ayudarla, me reprocho una y otra vez el haberme acobardado el día que la miré. Pero ya ni llorar es bueno, decía mi madre. Con lamentarme no voy a cambiar lo que ella vivió, decido concentrarme en mejorar lo que ella vivirá de ahora en adelante.
El sonido del celular, interrumpe mis pensamientos. Contesto de inmediato al ver que se trata de Meño, que está arriba cuidando de Emma.
-Dime.
-Señor, estamos en movimiento- me dice.
-Bien- le respondo y cuelgo la llamada. Me levanto del sillón y los espero al pie de las escaleras.
-Buenas tardes Emma- la saludo, es increíble como el solo verla me pone de buen humor.
-¿No encontraste un cascabel, por eso me pusiste vigilancia?- me reprocha. Está molesta y eso la hace ver más hermosa aún.
-Gracias Meño- le digo para que se pueda retirar. -¿Quieres algo de comer o de tomar?- le ofrezco.
-No- responde molesta.
Tendré que buscar la manera de contentarla.
-No te enojes, es por si se te ofrecía algo, tengo a Lety ocupada- le explico.
-Está bien, no te preocupes, es tu casa. Toma las medidas que necesites- me responde de mala gana.
-Emma, es por tu bien, entiende. No quiero que merodees por ahí y veas cosas que no te convienen- le digo acercándome a ella. Verla así de molesta, me despierta unas ganas de besarla. -¿Dormiste bien?- le pregunto acercándome a su rostro, lentamente y con cuidado.
-Un poco- responde con voz queda.
Paso mis brazos por su espalda y la acerco a mí suavemente, quiero que se sienta cómoda conmigo, que entienda que no tengo intención de lastimarla. Ella se queda quieta, un poco tensa al principio pero recibe bien mi abrazo y me relajo. Acerco mi rostro a su oído.
-¿Qué necesitas para dormir bien?- pregunto.
Siento como se suelta más en mis brazos y eso me agrada. Empiezo a rozar su rostro con la punta de mi nariz, absorbiendo su delicioso aroma, fresco y femenino.
¡Quiero besarla ya!
-¿Qué puedo hacer para que puedas dormir bien?- le pregunto. Acerco mis labios a los de ella, pero no la beso, no todavía. Esta vez quiero su permiso. -¿Te puedo besar?- le pregunto.