Un capítulo especial de entre semana, nomas porque sí.
Besitos!
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Después de mucho pensarlo. Decido que es la única manera en que puedo salvar la vida de Vargas, de nuevo. No sé si El Conquistador lo vaya a aceptar o no, pero debo intentarlo. Al fin y al cabo, ya las cosas han mejorado. El día de ayer Plascencia recibió su mercancía y mi otro cliente de este lado, también recibió lo suyo. Suspiro profundamente y marco el número del jefe.
-¿Qué paso Villanueva? ¿Ya está hecho lo que te pedí?- me pregunta con su voz áspera y su tono demandante.
-Hablo para ponerlo al día con la información y para hacerle una propuesta- le digo.
Él suelta una carcajada, pero finalmente accede a escucharme. Al menos tengo su respeto, aún.
-La nueva mercancía está en camino, Plasencia y el tijuanense ya están surtidos- le informo. -Como le comenté ayer, el responsable ya pagó con su vida y la otra cabeza que usted me está pidiendo me es de demasiada utilidad aquí. Mi propuesta es esta: yo absorbo la pérdida que ese decomiso le pueda representar para usted y ahí muere el problema- le expongo.
-Estamos hablando de millones de dólares- me dice él.
-Usted ha sido generoso con mi pago y creo que puedo permitirme hacerle frente a esa cantidad- le respondo.
-¿Fue Vargas cierto?- me pregunta con voz tensa.
-Sólo responderé si acepta la propuesta- le digo.
-Que huevos tienes cabrón- me dice, pero su tono es relajado. -Está bien, es tú dinero, piérdelo como te de la chingada gana. Acepto la propuesta- me dice.
-Gracias señor, no esperaba menos de usted- le digo.
Estoy harto de tratarlo como si en verdad lo respetara.
-Entonces ¿Fue Vargas o no?- me pregunta.
-Sí, fue él- le respondo.
-Espero que no te de motivos para que te arrepientas de lo que estás haciendo hoy por él- me dice.
De verdad yo también lo espero.
-Quiero mi dinero Villanueva y en una sola entrega- me advierte antes de colgar la llamada la llamada.
Un problema menos, ahora toca enfrentar a Vargas. Llego al granero y lo encuentro sentado junto con Meño y Lety. Me mira con el ceño fruncido.
-¿Se arregló todo?- pregunta ella. Yo asiento.
-¿Qué te dijo el jefe?- pregunta Vargas.
-Te acabo de salvar el pellejo- le informo.
-¿A mí?- parece sorprendido.
-El Conquistador quería la cabeza del responsable del decomiso- le explico.
-¡Ah chinga! Y según tú, yo soy el responsable- me dice. Empiezo a sentirme furioso.
-Te dije que no me gustaban los cambios de último momento- le recuerdo. -Si no hubieras contratado a ese cabrón, eso no hubiera pasado- le digo.
-Entonces ¿Por qué no hiciste nada para detenerme? Por la pinche calentura que te cargas desde que esa puta llegó aquí- me grita. Me levanto de golpe.
-¡Ya te lo advertí Vargas!- le recuerdo.
-¿Qué? ¿Te duele que te diga la verdad? Quítate las ganas y deshazte de ella de una puta vez- me grita.