Me despierta el sonido del celular de Emma. De reojo veo que escribe un mensaje y el controlador en mí, quiere salir a flote. En el rancho no vivía estas situaciones porque ella no tenía permitida la comunicación con nadie, aunque tampoco tenía con quien comunicarse, según lo que me platicó de su vida.
Ahora todo es distinto, aunque no tengo ni puta idea de que es lo que ha cambiado, ella es diferente, tiene a Omar a su lado y pensar en que es él a quien le pueda estar escribiendo, después de haberse entregado a mí de este modo, hace que me sienta molesto, sobre todo al recordar que durante unos días no supe nada de ella.
El monstruo de los celos mete la idea en mi cabeza, de que quizás estuvo en casa de Omar, en su cama, en sus brazos.
-¿Ese era tu novio?- mi tono suena duro, aunque intento contenerme. Ella asiente lentamente, pero no me mira. -Me muero de rabia solo de pensar que te ha tocado- termino reconociendo.
Estos terribles celos me han secado repentinamente la boca, me levanto y me pongo los calzoncillos, es entonces cuando me mira.
-¿A dónde vas?- pregunta quedamente.
-Necesito un poco de agua-.
No puedo armarle una escena de celos, además, después de lo que ha pasado hoy entre nosotros, es más que claro que me sigue amando. ¿No? No puede haberme besado de ese modo sintiendo algo por él. Ella no es así, mi Emma es sincera.
Tomo una bocanada de aire, al cerrar la puerta detrás de mí. Echo un vistazo al lugar, en la oscuridad de la casa, se ve que no está lo suficientemente amueblada. Quizás se acaba de mudar o algo así. Me dirijo a la cocina, al menos tiene refrigerador, lo abro y me sorprende mirar, que prácticamente está vacío, hay muchas botellas de jugo, y agua, algo de verdura, pero se nota que Emma no se ha encargado de hacer el mercado en mucho tiempo. Agarro un par de botellas de agua y regreso a su lado.
-¿Te acabas de mudar?- le pregunto solo por hacer platica. Lo cierto es que estoy demasiado nervioso, nuestro momento apasionado ha quedado atrás y es hora de hablar claramente, saber qué ha pasado, qué está pasando y qué pasará a partir de hoy.
-Hay mucho de lo que tenemos que hablar ¿Por dónde empezamos?- sigue siendo tan directa como la recuerdo.
"Sin más rodeos", eso fue lo primero que aprendí de su personalidad, cuando despertó de la inconsciencia en que la dejó esa herida de bala. Ha cambiado, sí, pero aún sigue siendo mía, sigue siendo mi hermosa asustadiza.
-En donde nos quedamos- respondo con seriedad.
Ella también está nerviosa, puedo notar como su cuerpo se tensa al momento, pero asiente lentamente.
-Quiero saber qué es lo que pasó con Lety- decido empezar por ese tema, porque mi amiga, tenía la responsabilidad de cuidar tanto de Emma, como ella misma, quiero saber qué fue lo que la hizo fallar, cómo fue qué terminó con un par de balas en el pecho.
Solo de recordar las fotografías de ese lugar, me da rabia, sobre todo al recordar a la mujer que creí que era Emma.
-¿Qué le hicieron en ese lugar? ¿Qué pasó en el hotel? ¿Cómo es que estás viva?- le pregunto. Sus hermosos ojos castaños me miran con incredulidad, pero trata de concentrarse en su respuesta.
-Llegaron unos hombres de Chegoyo. Usaron a una mucama para que Lety se confiara y les abriera la puerta. Una vez adentro le dispararon en la cabeza, a Lety y a mí, nos amarraron a unas sillas, llamaron a Checo, escuché tus gritos y un balazo...- su mirada se pierde, supongo que entre los recuerdos de lo vivido ese día.
