CAPÍTULO 32 "Soñar... con los ojos abiertos"

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Os recomiendo que pongáis el videoclip. Es una canción que será muy importante para los dos sin ni siquiera ellos saberlo pero que les vinculara y unirá emocionalmente al final de esta historia.💞

Salí apresurado del lugar donde se celebraba el cumpleaños de David después de despedirme de Alessia, y aunque ella intentó convencerme de que no me fuera, ver a Derek me dejó parcialmente tocado, y saber que él me había visto a mi también me privó de la más leve resistencia emocional.

Elegí tomar a "dedo" por una de las dos bifurcaciones que dividían el largo pasillo buscando un ascensor que me llevara a mi habitación. Sabía que estaba huyendo como un miserable cobarde sin ser capaz de dar la cara, pero no estaba preparado para un enfrentamiento con él, porque tenía claro que sería yo quien perdería.

Un dolor agudo penetró y golpeo mi corazón, mientras los recuerdos hirientes que había intentado reprimir sin éxito por tanto tiempo sobre la traición de Derek, forzaron su camino dentro de mi mente.

Tantas veces como traté de olvidar lo que me hizo, como tantas otras veces aferré esos recuerdos a mí, sólo para endurecer mi corazón y mantener la distancia con él y no volverme loco.

Muy pronto lamenté haber elegido ese pasillo. Estaba oscuro y silencioso, sólo salpicado por varios puntos de la travesía de una luz amarilla muy tenue, que proyectaban sombras fantasmagóricas por toda la pared acompañándome lúgubremente durante todo el camino. No había nadie alrededor, no se percibía ni se escuchaba ningún ruido. Excepto... que me sentí observado y eso hizo que se me pusiera la piel de gallina acelerando el movimiento de mis pies.

Mi corazón golpeteó mi caja torácica cuando escuché pasos detrás de mí. No podía caminar más rápido sin echarme a correr, por lo que me mantuve atento diciéndome a mi mismo que no pasaba nada que sería cualquier cliente del hotel, seguramente un idiota extraviado igual que yo.

Me detuve abruptamente. Mi presión arterial se elevó, mi pulso se disparó y mi corazón palpitó. Mi pituitaria bailó desatada reconociendo un familiar aroma, enviando un escueto mensaje a mi lóbulo frontal donde mi anestesiado bulbo olfatorio, recibió y procesó la información estallando en una fiesta de confetis y serpentinas de colores, dándole la bienvenida al anhelado y codiciado perfume.

Me paré, inmóvil, viendo un gran ventanal al fondo del pasillo, mientras los solitarios, tenues pero seguros pasos, se acercaron a mí. Me apoyé en el mirador con las piernas temblorosas, viendo entre las brumas de mí alerta consciencia, la increíble estampa del mar que se divisaba a través del cristal en todo su máximo esplendor. Quedé hipnotizado, olvidando por unos instantes el temor que me atenazaba, seguramente porque podía predecir quien andaba detrás de mí acechándome, percibiendo la misma sensación familiar que meses atrás me dejó inconsciente bajo la lluvia y detectando con increíble claridad ese olor tan conocido...

Segundos después escuché su voz, esa ronca voz, oscura y grave tan suspirada y anhelada por meses.

-Te he echado de menos.

No sé ni lo que le respondí, es más, ni si quiera recuerdo si alguna palabra salió de mi boca. Sólo miraba por el ventanal, paralizado, como si me hubiesen narcotizado y sin ser capaz de girar la cabeza.

- ¿Quién es él? ¿Ya te ha fóllado?-. Esas dos preguntas hicieron que mi cuerpo reaccionara. Tomé mucho aire y lo mantuve en mis pulmones por cinco segundos, luego lo solté de golpe. Giré sobre mí mismo y lo vi ahí parado, más bien recargado en la pared del pasillo, mirándome sin perderse detalle alguno de mis reacciones.


Era él. No me cabía la menor duda. No había cambiado nada y era tan perfecto como lo recordaba. Con esa expresión agresiva que me había intimidado en determinadas ocasiones, pero esa vez no me asusté lo más mínimo, si no que por el contrario, fue adorado por mi estúpido corazón roto incapaz de aprender la lección. Su pelo oscuro estaba un poco más largo de lo que recordaba con una leve sombra de barba que lo hacía si eso fuera posible aún más atractivo.

LOS QUIEBROS DEL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora