-¡Ojalá me alcance la vida para dejar de amarte¡-grite, con la angustia fluyendo en forma de lágrimas.
El me miró con espanto, al escupir mis sentimientos de forma tan dañina.
-- ¡ Que... Que dices¡-- susurró mirándome con sus profundos ojos verde...
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Volví a la realidad cuando unas potentes luces de neón impactaron en mi rostro haciendo que entrecerrara los ojos en un parpadeo continuo. Miré a mi alrededor buscando a mis dos amigos cuando me habitué a esas luces destellantes ,¡Joder! ¿Cuánto tiempo había estado perdido en mis nostálgicos recuerdos ardientes?. Definitivamente estoy empanado, atolondrado, atontado, palabras textuales que me decía continuamente mi más y mejor amiga Alessia "la cabra loca".
Vislumbré en la distancia la figura imponente e inconfundible de Derek que destacaba sobre los demás insignificantes mortales por su altura de más de metro noventa, enfrascado en una conversación con mi asqueroso y traicionero amigo Lucas.
En ese momento sus miradas estaban dirigidas hacia a mí, mientras se reían cuchicheando secretamente, así que entendí que el tema principal seguramente éramos Alessia, Robert y yo.
"Ser amigos es; interpretar miradas, entender silencios, perdonar errores y guardar secretos". ¡Vaya mierda de amigos tengo! Pensé irritado, pero sé que muy en el fondo son los mejores amigos que podría tener aunque en esos momentos los degollaría, cortaría a trocitos y haría una barbacoa con ellos mientras me fumaba un cigarrillo tranquilamente. Sobre todo al desleal y traicionera Lucas.
Me saludaron con la mano instándome con gestos a que fuera hacia ellos. Enfilé mis orbes de color miel con destino al semblante de Derek para ver su estado de ánimo, me crucé con sus ojos verde mar, solo vi en ellos descaro, desfachatez sombreado por un deje de burla, ¡Hijo de puta! Ya no quedaba ni un atisbo de la furia y enfado que prodigaba hacia tan solo unos momentos, llegando a casi temer por mi vida. ¡Maldito bipolar! Bufé rodando los ojos con fastidio alejándome un poco mas de ellos. No quería oír sus bromas y risas cómplices.
Me entretuve mirando el entorno del gran salón, habían apagado las luces del gran recinto y solo se veían los centelleos de las luces de neón que llevaban en sus manos los estudiantes, agitándolos frenéticamente mientras bailaban desenfrenados, provocados seguramente por la masiva ingesta de alcohol y otras sustancias prohibidas.
Un chico rubio y bajito se acerco a mí y con un lápiz corporal que brillaba en la oscuridad me pintarrajeo toda la cara, ¡Ja! Lo que me faltaba. Riéndose, se largó y desapareció entre la muchedumbre de donceles alocados que en poco tiempo serian seguramente ejecutivos serios con trajes inmaculados y caros, arrinconando en algún lugar de sus mentes la gran loca fiesta de fin de carrera.
Ladeé mi mirada hacia la barra del bar atendidas por guapas y atractivas camareras aunque con ojos cansados, que no daban abasto por la cantidad de bebedores insatisfechos que había.
Mis amigos ya no estaban allí, paseé mis ojos por la zona Vip que se encontraba un poco apartada de la pista de baile, decorada con divanes de color vino bastantes amplios y comodos, a juego con pequeñas mesas cuadradas que estaban atiborrados de vasos altos a medio consumir.
Choqué con la figura de Alessia, sentada con sus bonitas y largas piernas cruzadas, heredadas de su guapa madre española. Justamente al lado había de una pareja que se besaban frenéticamente mientras mi pequeña cabra loca agitaba los brazos llamando mi atención. Sonreí.
