PRIMERA PARTE...
El calor era espantoso, desde que llegamos a Cádiz cada día pensaba que me iba a diluir, y que me tendrían que recoger del suelo con una fregona. Era de muy mala suerte haber llegado en medio de una ola de calor y de un fuerte viento de levante, procedente de África. Ni siquiera el olor a mar ni el ambiente costero amortiguó ni si quiera mínimamente mi mal humor. Pero lo que ocurrió en las últimas horas fue lo que me puso al borde de un ataque de nervios.
"Relájate Lucas" me dije "solo vuelve a mirar y observa bien"
Miré varias de las fotos, observando con detenimiento el encuadre en diferentes posiciones. Enfoqué la vista entrecerrando levemente los parpados y aumenté al máximo la imagen con el ratón auxiliar. Recé plegarias que ni siquiera sabía, para que no fuera lo que me pensaba. El enfoque no era muy bueno y la falta de luz hacia que las imágenes tuvieran diferentes sombras, pero aun así, sin ninguna duda se apreciaba perfectamente que era Dylan.
"¡De puta madre!"
Volví a mirar las fotos por enésima vez, como si con verlas en repetidas sucesiones pudiese borrarlas haciéndolas desaparecer solo con la mirada. En una de ellas, se veía nítidamente su rostro, en estado de éxtasis con la boca abierta y los ojos ligeramente apretados, y en otra de las fotos se veía al culpable de su increíble estado orgásmico.
Un hombre.
Por un momento pensé que era mi amigo, me engaño la altura del tipo, pero enseguida me di cuenta de mi error ya que este desconocido era de menor complexión que Derek, menos músculos, menos fuerte.
Pasé a otra foto donde la imagen se veía más cerca y por unos breves momentos la boca se me secó más de lo que ya estaba y la más cruda de las sorpresas cayeron de golpe, con profundidad, en las cuencas de mis ojos cansados sintiendo por mi cuerpo una extraña sensación.
Frío, hielo, angustia.
Con un mal presagio recorriendo todo mi ser, maniobré torpemente con el maldito ratón abriendo más la imagen, acercando mas la cara de ese extraño desconocido, y efectivamente, viendo su perfil, su nariz, su mentón y la boca, (una boca que en ese momento estaba llena, ocupada un trozo de carne sonrosada y que no se parecía en absoluto a un entrecot de ternera), tan solo pude certificar que mis más profundos temores se habían hecho realidad.
La imagen era perfectamente nítida, la cámara había recogido juguetonamente al propietario de ese momento sexual, y el alma se me cayó a los pies al verificar que mi funesta sensación era verdadera.
Alessandro.
! Mierda puta! El mismísimo Alessandro Tirelli, "el Capo di Tutti", jefe de los jefes de la más importante organización de criminales de la mafia italiana, y lo que era peor... el hermanastro de Derek.
¡Joder! ¡No me lo podía creer! El mismisimo Alessandro, el intachable empresario, el xenófobo abogado, el líder indiscutible de la plataforma política " Por una familia tradicional" chupándole la polla al dulce "capricho" de mi jefe, además como pude apreciar, con unas ganas y vehemencia que parecía que se le fuese la vida en ello.
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
Pasé frenéticamente una foto tras otra de las quince que había, acercándolas y alejándolas en un vano intento de que jodidamente estuviera equivocado, pero no fue así, era el "Capi" sin lugar a dudas.
Gruesas gotas de sudor frío resbalaron por mi nariz. Me pasé las manos por el cabello varias veces casi arrancándomelos, sin dar crédito a lo que estaba viendo ¿Desde cuándo a Alessandro le gustaban los hombres? Y lo que es peor... ¿Desde cuándo mantenía Dylan ese contacto íntimo con el hermano de Derek?
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LOS QUIEBROS DEL CORAZÓN
Romance-¡Ojalá me alcance la vida para dejar de amarte¡-grite, con la angustia fluyendo en forma de lágrimas. El me miró con espanto, al escupir mis sentimientos de forma tan dañina. -- ¡ Que... Que dices¡-- susurró mirándome con sus profundos ojos verde...