CAPÍTULO CUATRO

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Intenté evitar las lágrimas,  pero era algo que se me salía totalmente de las manos cada vez que los recuerdos venían a mi mente.

Esa noche de primavera perdí lo más importante de mi vida, perdí la única razón de levantarme todas las mañanas, esa sonrisa que me daba las fuerzas suficientes de seguir, perdí esa voz que alteraba todos mis sentidos y me hacía sentir tantas cosas. 

No todos los momentos fueron buenos, pero extraño hasta las pequeñas discusiones que teníamos, los celos, los desacuerdos.

Su toque era como si de una seda se tratara, amaba su mirada fija en mí, el amor que me daba todos los días, como cada día me entregaba parte de su corazón.

Sacudí mi cabeza para eliminar esos pensamientos por un momento y me acerqué, manteniendo un poco de distancia, era lo que nos pedían las primeras veces que vinimos a visitarlo.

RM tiene actividad motora excesiva, un síntoma catatónico. Formado después del accidente que tuvo con Jin, donde este no corrió con la misma ¿Suerte? ya que murió de inmediato. 

A veces, pienso que peor que la muerte es esta situación, en donde estás muerto en vida, donde no coordinas tus movimientos, no puedes pensar con claridad y te sales de control porque simplemente ya no eres quien manda en tu propio cuerpo.

Mi pulso se aceleró, mis manos sudaban y no paraban de temblar, por más veces que haya venido es difícil controlar las emociones en estas situaciones tan complejas.

Cuando me sentí lista respiré profundo y empecé mi rutina de todos los lunes: hablarle con la esperanza de que me escuchara. 

— Hola mi amor... — Dije con un nudo en la garganta — Volví, te lo prometí, ¿recuerdas? — No recibí respuesta, como era de esperarse. Pero como anhelaba que sus labios me dieran una — Te extraño, todos los días te extraño un poco más ¡Maldita sea te necesito Namjoon! — Empecé a llorar y los brazos de Hoseok me rodearon sintiendo como él también lloraba a causa de la situación.

Intenté calmarme a pesar de que mi cuerpo temblaba fuertemente. 

— Traje a un amigo, uno de tus mejores amigos, quería verte... — Mire a Hoseok en señal de que le hablara, Hoseok trago grueso y se colocó delante de mí, abrace su brazo y con una mano daba caricias en su espalda.

— Hola Monster, volví después de algunas semanas... — limpio su nariz con las mangas de su suéter y tomo una boconada de aire para intentar calmar su llanto — Te necesito hermano, te necesitamos. Nada es lo mismo. Me prometiste no dejarla sola, me prometiste cuidarla. ¡ME PROMETISTE QUE CUANDO SE DIERA LA OPORTUNIDAD TE CASARÍAS CON ELLA PORQUE NO HABÍA AMOR MÁS GRANDE QUE EL QUE LE TENÍAS! — Su confesión me dejó atónita. Mi pecho ardía y mis sentimientos se iban rompiendo poco a poco, Hoseok tapó su cara y su llanto se hizo más fuerte, di dos pasos atrás impresionada por todas las cosas que salían de su boca, cosas que me destruían, cosas que anhelaba escuchar cuando mi Namjoon aún era él — Me dijiste... — Su voz tembló — Me dijiste que sería su padrino de bodas, que no importaba donde o cuando, con tal de casarte con Hanna y que ella caminara toda la vida de tu mano, que fuera tu compañera de por vida ¡Porque no te dio tiempo siquiera de decirle que anhelabas hijos con ella!, que nunca ¡Nunca!, imaginaste crear una familia hasta que llegó a tu vida... — Su pecho subía y bajaba frenéticamente y las lágrimas cada vez aumentaban su nivel — Porque nunca le dijiste que ella fue tu primera vez y tu primer amor.

Ahí ya no aguantaba más, salí corriendo del sitio sin importarme los llamados de Hoseok.

En la salida tomé mis pertenencias lo más rápido posible y seguí corriendo hasta llegar al auto, cuando iba a marcar el botón para quitar los seguros, el control se me resbaló de las manos debido al fuerte temblor que estas tenían, más atrás caí yo en el suelo arrodillada sintiendo como mi corazón se hacía cenizas.

SPRING NIGHT © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora