CAPÍTULO TREINTA Y TRES

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POV Hoseok

No podía pensar en otra cosa que no fuera "¿Cómo se sentiría sí...?".

Estar en citas con psicólogos y hasta psiquiatras era siempre lo mismo. Lo único que entendí era que esto no es una enfermedad, que era parte de mí el ser así.

No es un tema muy común como la homosexualidad, pero quedé sorprendido al estar en charlas grupales donde asistían una cantidad mediana de personas. Ahí entendí que no solo era yo, que también habían muchos que se sentían como yo.

A pesar de todo, me di la oportunidad de estar con mujeres y hasta hombres, pero ninguno de los bandos llegaba a provacarme de una manera tanto carnal como sentimental.

Quería pasar por lo que mis amigos pasaban: poder tener esa facilidad de desear a otra persona, de amar, de sentir.

Pude verlo en Jin y Jimin cuando estaban juntos, lo veo en los ojos de Yoongi cuando ve a Hanna y cuando RM también la veía.

Quiero sentir como la piel se eriza con solo un toque, como un beso puede subir de tono debido al deseo, la necesidad de querer arrancarle la ropa a otra persona y ser uno hasta que el cuerpo no pueda más.

Querer amar a una persona hasta que sientas que el pecho queme, el querer verla a cada momento porque la extrañas. Pero no puedo, sencillamente no puedo.

Tratar de estar feliz y hacer feliz a los demás es un reto cuando por dentro no te sientes completamente bien. Sientes que algo falta, como si algo estuviera mal en ti, pero nadie lo nota. Lo único que me hace feliz es que ellos son felices muchas veces gracias a mí.

El sentimiento que podía tener hacia mis amigos es muy diferente, quería sentir amor pero no de amistad. A Jimin lo amaba por ser tan incondicional como Hanna, los dos eran parte de ese pequeño grupo de personas que me hacían sentir algo de verdad y los únicos que sabían mi condición.

Los únicos que entienden que a veces el final del arcoiris no es lo que nos enseñaron de pequeños.

Estaba en mi casa mientras hacía zapping en el televisor pensando en todo y nada a la vez cuando la puerta sonó.

Me levanté a duras penas ya que no tenía ánimos de nada. Acomode un poco mi cabello y abrí la puerta.

— Pero que cara la tuya.

— También es lindo verte, Jimin — El ahora peliplata paso a mi casa sentándose en el sofá.

— ¿Qué haces viendo un documental de guerra? — Dijo poniendo una cara de no entender nada. Él siempre tan expresivo.

— Estaba haciendo zapping y quedó ahí cuando fui a abrirte la puerta — Me senté a su lado y este colocó un canal donde pasaban un película que parecía ser de comedia.

— ¿Cómo estás Hope? Tenemos tiempo sin hablar — Dió unas palmaditas en mi pierna y sonrió.

— Bien, como siempre, nada interesante — Su mirada se clavo en mí viéndome sospechosamente.

— ¡No puedes mentirle a tu mejor amigo tan descaradamente, J-Hope! — Dio un zape en mi cabeza y yo solo reí.

— Estoy bien, Jimin. Todo esta bien, solo algo cansado.

— Cansado, claro... — Me miró con una ceja levantada y afincando su lengua bajo su mejilla, pareciendo que tuviera una bola ahí dentro — ¿Sabes? Pediré comida y hablaremos, Hope.

Asentí, volteando mis ojos a lo que este solo rió. Duró unos cinco minutos en la terraza pidiendo no se qué, hasta que volvió a su lugar anterior.

SPRING NIGHT © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora