SPRING NIGHT © | SUGA - BTS.

CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

POV Hoseok

Después de la noche con Jimin, no podía pensar bien las cosas. Todo era un remolino en mi mente.

Después de lo que había pasado nada sería igual que antes, ¿la razón? nunca en mi cochina vida había sentido algo por alguien. Tanto sentimental como el ámbito sexual y resulta que lo hice con mi mejor amigo.

Algo que en mi vida me imaginé que pasara, ya que no solo Jimin era mi mejor amigo de toda la vida, sino que también, Jin había sido de mis mejores amigos y de alguna forma sentía que lo traicionaba después de lo que paso.

Cuando el peliplata se fue de mi casa después de decirle que debíamos parar, quise echarle la culpa a la droga que se apoderó de nuestra mente; pero al día siguiente cuando ya mi mente no era dominada por el alucinógeno y recordaba lo que había sucedido, mis sentidos se disparaban.

Me obligué a mí mismo a dejar eso de lado y hacer como si nada pasara pero, ¿Qué pasaría cuando volviera a ver a Jimin?. Ya yo estaba dando la amistad por perdida, ya que cuando le dije que debíamos parar se levanto tambaleándose y solo soltó un pequeño "Idiota", para luego reírse e irse de mi apartamento dejándome con un desorden de pensamientos y una erección inmensa.

Decidí hacer algo que desde hace tiempo no hacía, tomé mi auto y me fui directo a aquel lugar donde necesitaba despejarme y desahogarme.

El frío se colaba por mi suéter haciéndome estremecer, llovería en cualquier momento, pero estaba tan sumido en mis pensamientos que era lo que menos me importaba.

El camino fue largo, ya que se encontraba un poco lejos el sitio. Sin embargo, con todo lo que tenía dando vueltas en mi cabeza, hizo que el tiempo se pasara volando.

Cuando llegue, me fui directo a la pequeña tienda de flores y compré unas que aunque no sabía que flores eran, me parecieron las más bonitas de todas.

Recordaba perfectamente el camino, ¿y cómo no hacerlo?, si fue uno de los momentos más fuertes de mi vida.

Mi piel se erizaba a medida que me acercaba, mi respiración se volvía desigual y mis manos empezaban a sudar debido a los nervios. Jamás me hubiese podido imaginar que esto pasaría, o no tan pronto.

Llegué a la pequeña lápida a pasos lentos. Me arrodille y pase mis dedos por las letras que armaban el nombre de mi amigo

KIM SEOK JIN
1992 - 2018

Leí el mensaje que se encontraba abajo haciéndome sentir aún más culpable "Amado hijo y esposo, el corazón no sabe de distancias". Sentí un escalofrío en mi espalda y empecé a sudar a pesar de sentir que temblaba del frío.

Respiré profundo, trague en seco y deje las flores frente a la lápida para luego sentarme frente a esta y ordenar todas las palabras que quería decirle. "¿Por dónde empezar?".

Aunque Jimin siempre fue mi mejor amigo, pude hacer una muy buena amistad con Seok Jin. Era el que me daba los consejos más maduros ya que Jimin, la mayoría de las cosas las veía desde su punto de vista rosa cuando se trataba de mis sentimientos y mi condición.

Me quedé unos segundos en silencio solo detallando cada parte de la lápida y por un momento, preguntándome como podemos tener a las personas tan cerca y luego tan excesivamente lejos.

A Jin todavía le faltaba mucho por recorrer. Estoy seguro de que ahora era que faltaban cosas por hacer, así como a Rap Monster, pero así es la vida: inperfecta, complicada, con altos y bajos.

Ya era el momento. Se que él no me hubiese dicho nada y que justo ahora me estuviera viendo con esa mirada acusadora de "no seas tonto, solo fue un beso". Confiaba demasiado en mí, pero de me sentía mal y no sabía porque.