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Capítulo #7


El deshuesadero, el lugar favorito para los amantes de las carreras clandestinas. El sitio en el día era solo una chatarrería en donde, si ya no querías tu auto lo llevabas, ahí lo desarmaban y vendían sus partes, pero en las noches se convertía un lugar para los amantes de la velocidad y del dinero.

Siempre había escuchado historias acerca de este lugar, sobre los vándalos que hacían sus negocios ilícitos, las chicas venían a "relacionarse" con los hombres e irse a casa con un dinero extra. Pero mi pregunta es ¿Qué hacía Trevor un lugar como este? Camine buscándolo, esquivando las miradas de los hombres hacia mí, había sido una mala idea venir con este vestido. 

No, era una mala idea haber venido.

Pero, quería saber que estaba haciendo Trevor en un lugar así. Varios chiflidos y palabras obscenas venían hacia mí, intente cubrirme con mi maleta, pero fue casi en vano.

¿Qué le iba a decir si lo veía?

"Oye Trevor decidí seguirte porque estaba preocupada por ti"

Él ni si quiera me habla, las únicas veces que he entablado una conversación fue cuando me pregunto por Mercedes, de seguro pensará que soy rara.

Aleje esos pensamientos de mi cabeza e intentaba no mirar hacia ningún lado que no fuera el suelo, ya que, a cualquier lado que volteaba veía chicas arriba de algún hombre besándolo y acariciándolo, o veía como algunos fumaban y no precisamente cigarrillos.

Escuché varios gritos y mire hacia donde la gente se dirigía, el ruido de una motocicleta avivo al público, divise la motocicleta de Trevor y a él sobre ella, con una acompañante. Las personas que estaban ahí comenzaron a corear su nombre, mientras él daba unas vueltas con la moto por el lugar.

—Atrás señoritas, atrás. Dejen respirar a mi estrella—un muchacho de cabello rojo, sin camisa y con varios tatuajes en el cuerpo, controlaba a las chicas las cuales se querían acercar a Trevor—¿Qué tal campeón?

Cuando Trevor bajo de la moto, le dio un saludo al chico pelirrojo, comenzaron a conversar, pero gracias a la música no podía escuchar nada de lo que decían.

Quería salir de acá, varias personas me veían extraño y ya se había hecho de noche, mis padres de seguro estaban preocupados. Di media vuelta con intenciones de salir del lugar, pero otro grito hizo que diera la vuelta y mirara hacia la improvisada pista.

—Prepárense que la primera carrera está por comenzar—una chica con muchos tatuajes en su brazo, cabello negro rapado a un lado y con varias perforaciones por toda su cara se puso arriba de un auto destartalado con un megáfono—Hagan sus apuestas ¿Quién ganará hoy? ¿Ian o Stanley?

Varios hombres se acercaron a ella entregándole unos billetes y gritando el nombre de su favorito.

—Bien, se cierran las apuestas. ¡Corredores! ¿Listos? —Miré a la pista y vi a las dos personas que iban a participar, estos hicieron rugir el motor—Miren lo que tengo aquí muchachos—la chica movió un fajo de billetes mostrándoselo a los corredores, esto hizo que las motos rugieran aún más—¿Listos? ¡Ya!

Los dos chicos salieron disparados perdiéndose en la lejanía, dejando una capa de humo y polvo. Los espectadores corrieron detrás mirando y gritando por su favorito, me quede quieta viendo todo el alboroto. Debía volver a mi casa.

Agarre fuerte mi mochila y camine entre la multitud, por última vez fije la vista hacia donde estaba Trevor, este bebía una botella de alcohol mientras abrazaba a una chica, ella le daba besos en su cuello y le susurraba al oído.

A través de la pantalla (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora