A través de la pantalla (Completa)

#47

#47

Capítulo #47

-¿Qué? 

-Si Val, vámonos de aquí.

-Elías, esto es una locura no nos podemos ir, yo no me puedo ir.

-¿Por qué no? -Él se levantó de la cama- ya faltan solo unas semanas para que cumplas los dieciocho, papá no puede hacer nada en contra de eso.

-Pero ¿De qué viviremos? Y ¿Mi universidad? Yo quiero estudiar.

-Lo harás, eres la mejor estudiante de este lugar, yo te pagaré las escuela hasta que te gradués, y de ahí cualquier universidad te daría una beca. Vas a vivir conmigo, no te faltará nada.

Tenía razón, pero...

-No puedes seguir viviendo aquí Val, papá esta loco que quiere mantener encerrada como una prisionera, tú necesitas vivir. Se que no quieres seguir con esta vida religiosa que papá nos quiere imponer, Valerie por favor.

-Lo pensaré ¿Si? Déjame pensarlo hasta mi cumpleaños. Después te digo.

Él me sonrió- esta bien, piénsalo Val.

Y salió de mi habitación.

Es una locura, Elías esta loco. Pero papá también lo está, es verdad que él me quiere mantener encerrada sin hablarle a personas que no sean de nuestra iglesia, y también es cierto que no quería seguir en la religión. He visto cosas que no son propias de una persona seguidora de Dios, ellos profesan la palabra de nuestro señor, pero no la cumplen.

Ya no sé que pensar.

Me tiré en la cama para descansar un poco, aún me dolía la cabeza y los recuerdos de anoche llegaban como un golpe. Mis mejillas ardían al recordar lo que pasó en el baño ¡Dios! Como pude hacer eso en un baño, no me reconozco ¿Dónde está la Valerie tierna y pura?

Rodé en la cama y me puse bocarriba, cerré los ojos recordando todo lo que me había dicho. Aún no lo creo que de verdad le guste, bueno después de todo lo que pasamos creo que era algo obvio, pero Trevor es tan... Extraño.

Ayer puede que estaba de buen humor, hoy no se sabe. Él cambia de estado de animo como yo de pantaletas.

Recuerdo sus besos, sus caricias; mi mano inconcientemente bajo hasta el final de mi vestido y lo fui subiendo poco a poco hasta que quedó en mi cintura, ingresé uno de mis dedos dentro de mi ropa interior. Mordí mis labios cuándo toqué ese botón tan sensible y húmedo.

"Oh nena, estás tan húmeda y lista para mi."

-Trevor- recuerdo sus palabras.

Mi fantasía acaba cuando siento como tocan la ventana, intente levantarme rápido pero mis piernas se enredaron con las cobijas haciendo que cayera de cara al suelo.

-¡Ay!- Mi dolor de cabeza no se irá así.

Me acomodé el vestido y abrí la ventana, mi alma se fue junto con el color de mi cara al ver quien estaba ahí.

-¿Qué haces acá?

-Quería verte- él sonrió y mis piernas comenzaron a temblar.

-No, tú no debes estar aquí.

Trevor arrugó la cara.

-Relájate, me aseguré que nadie me viera.

-Pero, pero, pero...

-¿Me dejas entrar? Acá afuera si pueden verme.

Me hice a un lado viendo como el chico con el cual estaba fantaseando unos segundos entraba por mi ventana.