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Capítulo 03


Y ahí estaba yo, viendo como todas mis compañeras corrían de un lado a otro detrás de la pelota ¿Y yo por que no estaba ahí? Pues, soy pésima en deportes, no puedo dar tres pasos porque me quedo sin aire, ahora imagínenme corriendo, bajo el sol, detrás de un balón.

Nop, eso no sucederá.

Así que aquí estaba, sentada en las gradas esperando que alguna tuviera sed para así entrar en acción, yo era algo así como la "chica del agua" repartía las botellas del preciado líquido a las jugadoras. Era una parte importante del equipo, sin mi las chicas no tendrían quien les diera el agua y morirían de sed.

Patética excusa, lo sé. Pero era divertido, tenía entrada libre a los partidos y podía ver las practicas, además que me salvaba de entrar a hacer deporte ¡Todos ganan!

Suspire e intente acostarme en las gradas, pero falle estrepitosamente cuando mi falda se alzaba por todos lados ¿¡Por qué debo ser la única que use falda!? Oh sí, porque mi padre no me deja usar pantalones, ni en la clase de deportes, ni en nuestra casa, ni en la calle, ni en ningún lado, solo faldas y vestidos. Me acomode enderezando mi espalda, tenía sueño, si otra vez, la verdad es que yo paso veintitrés de las veinticuatro horas con sueño.

Una de las chicas se acercó, estaba sedienta, así que saque de la pequeña nevera una botella de agua, está bebió la mitad y la otra mitad se la tiro encima, me agradeció y se fue a jugar. Sin mi esa chica estaría perdida.

El pitido sonó lo cual daba fin al entrenamiento, me levanté y les aplaudí. La mayoría se acercó a mí por algo de agua y las toallas para secarse, estaba muy sudadas y llenas de tierra, les di a cada una, una toallita y una botella de agua, caminé al campo y comencé a ayudar a la maestra de deportes a guardar los balones y demás cosas. Después de guardar las cosas de futbol, saque los pompones de las porristas, si, también me tocaba ayudar a las porristas, pero era divertido ya que ahí estaba Danna.

Ella era la capitana de las porristas, desde que se unió ya hace unos cuantos años, el equipo ha ido cada año mejor. Han ganado todos los campeonatos a los que han ido, ellas son el orgullo de la escuela, ellas y el equipo de futbol claro, ¿qué puedo decir? Son las mejores.

Al salir del armario, llegue hasta la cancha vi a Danna, le entregue los pompones y me senté a ver su rutina. Me la sabía de memoria, hasta los saltos. La verdad es que me gustaba bailar, era una de mis pasiones secretas, bueno ni tan secreta, mis padres sabían de mi gusto y me habían inscrito en la escuela de danza de la iglesia, ellos decían que si debía bailar seria para alabar al Señor. Al menos hago lo que me gusta y estoy feliz con eso.

Media hora después la práctica de las porristas había acabado, de nuevo me levanté y les di un fuerte aplauso, Dana se acercó a mi corriendo y abriendo sus brazos.

—Iuuu—grite cuando me abrazo—estas sudada.

—No es sudor es agua bendita—se agacho para tomar una botella de agua y bebió como si su vida dependiera de eso.

—Con calma, no te nos vayas a morir ahogada. Mira que ya casi llegan los regionales y tenemos que ganar.

Danna formo una "o" con su boca y se llevó una mano al pecho.

—¿Te importan más los regionales que tu mejor amiga? Eso duele ¡Duele! —comencé a reír por su dramatismo.

—Dramática.

A través de la pantalla (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora