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Capítulo 27


—¿Hello? Tierra llamando a Valerie, ¿todo bien por allá comandante?

—Creo que está muerta.

—Como va a estar muerta Steff, tiene los ojos abiertos.

—¡Se puede! Mi bisabuela Hermenegilda murió con los ojos abiertos, daba terror verla en el ataúd.

Escuchaba a mis amigas hablar, pero mi mente estaba muy lejos de ahí. Se encontraba pensando en Trevor y su llamada. Antes de colgar me había dicho que, si yo no iba, él iba a tomar el auto y me iba a buscar por todos los rincones de la ciudad ¿Qué iba a hacer? No puedo salir de acá, pero tampoco puedo dejar que Trevor haga una locura así ¡Está ebrio!

—¡Valerie! —El grito de Danna me trajo de vuelta a la realidad.

—¿Qué?

—¿Qué harás? —Pregunto abrazándome por los hombros.

—No lo sé—le dije la verdad.

—No vayas, no seas estúpida ¡Eso es lo que él quiere! —Steffy se sentó del otro lado mirándome enojada.

—Steffy—Danna la reprendió—pero... Ay amiga ella tiene razón.

—Lo sé, pero no puedo dejar que se mate—estaba en una encrucijada.

—Está bien, hagamos algo. Ve con él te cubriremos, pero eso si debes dejarle las cosas claras.

Asentí y mi corazón comenzó a latir y mis manos a sudar, era la primera vez que me iba a escapar de clases. Me sentía tan mala persona.

Danna y Steffy corrieron a clases mientras yo corrí hacia el otro lado, acá la seguridad no era mucha, se supone que en una escuela de señoritas estos actos vandálicos no se presentan, así que era fácil salir por la puerta de emergencias.

Corrí hasta la parada de buses y esperé a que pasara uno que me dejara cerca de casa de Trevor. Estaba tan nerviosa, ¿Qué le iba a decir?

Dejarle las cosas claras.

Pero... ¿Qué cosas? Él y yo no somos nada.

Pero aun así mírate, estas corriendo hacia él porque te lo pidió.

Es verdad, soy tan tonta. Aunque no puedo dejar que se haga daño, eso le partiría el corazón a Mercedes.

Y a ti.

También.

El auto bus llego y subí, solo espero que no haya hecho algo tonto.

Al llegar a la parada, camine algo rápido hasta su casa. Iba repasando en mi mente lo que le diría, aunque sabía que al verlo todo se me iba a olvidar. Termine de caminar y me detuve frente a la puerta, respire profundo y tome valor para tocar la puerta.

Espere varios minutos y una de las empleadas me abrió.

—¿Sí? —la mujer masticaba chicle y hacia bombas con esta que se le pegaban en sus labios pintados de un rojo sangre.

—Vengo a ver a Trevor—Conteste.

—El joven Trevor no está en condiciones de recibir visitas, mañana puedes venir a pedirle un autógrafo, niña.

Apreté los puños, pero me calme—Vengo a verlo porque él me llamo.

Ella comenzó a reír y me miro de arriba abajo.

A través de la pantalla (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora