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Capítulo 69


Estaba aterrada.

Me quede en medio del parqueadero mirando a Trevor, el cual seguía con la puerta del auto abierta.

¿Debía ir con él?

No lo sé, estaba dividida entre correr hacia él o irme lejos.

¿Qué debo hacer?

—Ve con él, tonta—Danna me codeo.

—No lo sé.

—¿Qué no sabes? Val debes dejar tus miedos, solo ve y habla con él de una buena vez.

La mire y ella me dio una de sus sonrisas tranquilizadoras.

Respiren profundo y me decidí. Le entregué mi mochila a Danna y caminé hacia Trevor, al llegar frente a él no le dije nada solo me subí en el auto. Las chicas que estaban ahí gritaban y fantaseaban con que ojalá fueran ellas.

Vi como rodeo el auto y entro para así ponerse en marcha. Durante el camino no hablamos, solo estábamos en silencio escuchando los sonidos del exterior. Los demás autos pasando a nuestro lado, música en los alrededores, todo menos el sonido de nuestras voces.

No era un momento incomodo, ni extraño, solo cada uno estaba enfrascado en su mente; pensando en lo que venía.

Miré por la ventana y reconocí el camino, íbamos hacia ese lago en donde tuve mi primera vez con él.

¿Me dolía?

No, de hecho, sigo recordando ese momento como mágico y único. Lo que paso después no logra empañar lo que viví en ese momento. Trevor entró por el camino de piedras y mi corazón comenzó a latir desbocado, tantos recuerdos llegan a mi mente en estos momentos.

Recuerdo la primera vez que vine, él cero romántico me llevo a comer al McDonald. Pero a mí no me importó, yo solo quería estar con él. Luego venir aquí, verlo casi desnudo, luego meterme con él en ropa interior y después.

Siento mis mejillas ponerse rojas al recordar lo que hice ese día ¡Qué vergüenza! Pero no me puedo controlar con él, Trevor tiene algo que cada vez que me mira o me habla mi uso de la razón se apaga y solo queda la Valerie que haría cualquier cosa por él.

—¿Estás bien? —Preguntó sacándome de mis recuerdos.

—Si ¿Por qué?

—No lo sé, estas toda roja.

Mordí mi labio reprimiendo una sonrisa—No es nada.

El entre cerró los ojos.

—Claro—ladeo una sonrisa, sé que sabe lo que pasaba por mi mente.

El estacionó el auto y bajo, corrió hasta mi lado para abrirme la puerta.

—Gracias—le dije cuando bajé del auto.

Él, sin decirme nada tomo mi mano y comenzó a caminar, yo solo lo seguí, quería disfrutar de este momento. No sabía cómo iba a terminar nuestra conversación, no sabía si después de esto volveríamos a estar juntos o por el contrario sería el fin de nuestra historia.

Volteé a verlo de reojo, su cabello estaba alborotado, su vista estaba fija en el camino, en sus labios había una pequeña sonrisa y sentía como su mano le daba pequeñas caricias a la mía. Volví a poner la vista enfrente y vi la cabaña, estaba exactamente como antes, solo que esta vez tenía más flores a su alrededor.

A través de la pantalla (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora