Idolo||Marco Asensio

1. Un partido importante

Mi ídolo se llama Marco Asensio. Desde que fichó por el Real Madrid he ido a todos los partidos por verle a él pero nunca le he conocido en persona. Ese había sido mi mayor sueño desde que le había fichado el Madrid.

Aquel día, había partido contra el Atlético de Madrid. Al ser un equipo con el que el Madrid tiene mucha rivalidad, se notaba la tensión que había en la grada. Como tengo un carné de socia, siempre tengo el mismo asiento en el Santiago Bernabeu. En 1ª fila.

Empezó el partido y en el primer tiempo el Atlético de Madrid marcó un gol en el minuto 36. Fue un fastidio porque la portería del Madrid estaba en frente mía. Griezman lo celebró delante de mi y me piqué. Estaba pensando irme de allí cuando el árbitro pitó el descanso. Los jugadores entraron en los vestuarios para descansar y la grada se tranquilizó.

En ese momento perdían 0-1. No era la primera vez que el Real Madrid remontaba. Pero en ese partido el entrenador no había sacado a Asensio. Era una faena de partido. Cuando me quise dar cuenta, el descanso había acabado y los jugadores volvían al campo. Entraron los veintidos jugadores y se reanudó el partido. A los quince minutos, pasó lo peor y Cristiano Ronaldo se cayó y le tuvieron que cambiar. Lo necesitsbamos en el campo. Perdíamos 0-1 en nuestro propio estadio, en casa, eso no pintaba bien. Pensé que Asensio iba a jugar, en mi cabeza esa era la única oportunidad que podía tener el Madrid para, ñor lo menos, empatar el partido. Pero Zidane sacó a Isco Alarcón. Él también me gusta mucho pero me llevé una gran decepción. Ahora que Cristiano no estaba, la remontada iba a ser muy complicada. Pero me equivocaba. Isco es un muy buen jugador y por eso, nada más entrar en el campo, marcó gol y la grada enloqueció. Una euforia recorrió mi cuerpo, gritando lo más alto que pude. La pasión que la grada blanca había despertado en mi me dio esperanzas para ganar el partido.

Algo me llamó la atención en el banquillo. Había dos jugadores levantados que corrían de un lado a otro. Llevaban un peto amarillo y no se les veía el numero de la camiseta. Pude reconocer a uno. Era Benzemá. No se porque le sacan. Debería practicar su puntería pero como yo no entreno no puedo decidir. En todo caso, estaban calentando.

A los tres minutos dirron el primer cambio. El numero dos, Carvajal, cambió por el nueve, Benzemá. El segundo cambio vino justo después, el número cinco, Varane, cambió por el veinte, Marco Asensio. Marco Asensio...¡Marco Asensio!
Me había vuelto a meter en el partido y ya no me apetecía irme del estadio.

Después del gol de Isco, la afición creía de nuevo en la remontada, se volvían a escuchar los cánticos retumbar en el estadio, dándole vida al gran templo blanco. Se me había olvidado, pero ese día el equipo se jugaba la liga. Estaban justo a tres puntos del Barça, el cual acababa de perder contra el Atlethic así que si ganaban, habiá empate y por goles a favor y encuentros, la victoria era del Madrid.

Benzemá se acercó desde la mitad del campo con la pelota rodando a sus pies. El equipo le apoyaba por las bandas y se acercaba poco a poco al área sin que el Atleti pudiese hacer nada por quitarle la pelota. Benzemá tiró a portería. El portero se había quedado atrás y solo los defensas cubrían la portería. Él tiró y le dió al larguero, haciendo que la pelota rebotase y saliese del campo, dándole al contrario el saque de puerta. ¡Como podía ser! El estadio había vuelto a quedarse en silencio por parte de la grada blanca, haciendo que solo se escuchase a los colchoneros. Se acababan los minutos y lo que había que hacer era marcar un simple gol. Ahora era el Atlético de Madrid el que tenía la pelota. Se acercaban cada vez más al área y se prepararon para tirar. En ese momento, aparece Marcelo y les quitó la pelota, pasándosela a Marco Asensio, que se encontraba cerca del medio campo. Para mí, ese hombre tenía que salir más veces de titular, con las capacidades que tenía y la excelente punteria que tenía, era un desperdicio de talento dejarle de suplente.

El 20 llegaba a medio campo cuando un centrocampista del Atlético de Madrid se puso delante. Asensio no se rindió y lanzó un pase muy rápido hacia el otro lado del campo. Hacia donde estaba Modric. Ese tipo siempre me habia gustado. Realizaba siempre sus pases muy efectivos y directos al sitio perfecto en el momento adecuado. La defensa del Atleti se aproximaba y parecía una fortaleza. No habia manera de franquearla. Modric volvió a dejarle un pase raso a Asensio.

Casi habian llegado al área y seguía sin haber ningún hueco por donde acercarse hacia la portería. Me fijé en el marcador, viendo que quedaban unos segundos de partido. Ya habian añadido dos minutos extra así que no iba a haber más tiempo. Antes de llegar al área, Asensio tiró hacia la portería desde fuera con la izquierda, con todos los defensas dentro. Toda la grada aguantó el aliento y se levantó, viendo a cámara lenta como la pelota iba acercándose a los palos de la portería. Daba la impresión de que fuese una marea blanca dentro del estadio.

Volví a mirar al campo, viendo de frente y muy cerca gracias al cambio de campo por el cambio del segundo tiempo como el portero saltaba pero no llegaba a rozar la pelota, la cual entraba por la escuadra segundos antes de que el árbitro pitara el final.

La grada gritaba y habia muchísimo ruido, se notaba la alegría que inundaba el estadio entero. La liga era nuestra. Se empezaban a ver zonas vacías, donde los aficionados del equipo contrario habian dejado huecos. Solo los madrilistas quedaban en el Santiago Bernabeu.