31. Compras

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-No me apetece hablar.-Le dije.
-Lo se. Pero es necesario.
-Tienes dos minutos.-Le dije.
-Natalia está apenada porque cree que te has enfadado. No le gusta pensar que por culpa de que su novio sea del Atleti arruine vuestra amistad.
-Y no lo va a hacer. Tu no me vas a impedir estar con mi mejor amiga.
-¿Estas segura?
-Si Griezman.
-¿Vamos a llevarnos bien?
-No lo se. Por ahora no.-Le dije.
Me quedé allí y él se fue. Me di la vuelta y Marco venía hacia mi.
-¿Estas bien?-Me dijo.
No, no estoy bien.
-Si, estoy bien-Le dije.
Me dio un beso con él que sentí que él estaba conmigo pasase lo que pasase.
Volvimos a la mesa y terminamos de cenar.
Salíamos del restaurante y nos separábamos de ellos.
-Natalia, espera.
Se dio la vuelta y habló conmigo.
-Lo siento. Creo que no estaba preparada. No te quiero perder.¿Me perdonas?-Le dije.
-Si.
Volví con Marco a casa.
-Gracias por traerme Marco. Y gracias por llevarme a cenar con Natalia y ese tío.
Me abrazo y me besó.
-Por ti, lo que sea. No soportaba verte así de rara.
Una vez en él salón, me dejé caer sobre él sofá. Que cansancio.

2 meses despues:

Yo ya me había acostumbrado a estar con Natalia otra vez. Y con Griezman también. Pero no me caía especialmente bien.
Aquel día, yo estaba en la piscina.
-Celia, Isco y Sara ya se han casado. ¿Cuando te parece celebrar la boda?
-Que tal él mes que viene.
-Me parece muy bien.-Dijo.
-Pues tengo una sorpresa para ti. La celebraremos en Mallorca.
-Que bien. Eres la mejor.

Él día antes de la boda:

-Celia, donde estás. Te esperamos ya en la puerta de la tienda.
-Si, ya voy. Marco está dormido y no le quiero despertar.
Salí de casa en cuanto salí de la habitación sin despertar a Marco. Lo cual fue difícil. Verle dormir me encanta. Es taaan mono.
Habíamos quedado en ir a Mallorca cada uno por su cuenta para volver a vernos en la boda.
Llegué a la tienda donde me esperaban Sara y Natalia. Me abrazaron y entramos en la tienda.
-Quedan los últimos detalles. Ponte ya él vestido.
-Vooooy- Dije.
Entré en el cambiador y Natalia me pasó el vestido con las medidas de mi cuerpo.
Me lo puse y me quedé mirándome.
Encajaba a la perfección. Los encajes blancos y la tela eran preciosas. Él vestido encajaba en los tirantes y caía hasta él suelo.
Salí del cambiador y sólo me vi a mi en él espejo de enfrente. No había nadie mas en la sala.
-¿Natalia? ¿Sara? ¿Dinde estáis?-Pregunté.
Las luces al rededor mio se apagaron y solo se quedó encendido un foco encima mio.
-Estas preciosa.-Dijo alguien a mi lado.
-Si, preciosa. -Dijo otra persona.
Se encendieron dos luces mas y ahí estaban Sara y Natalia. Vestidas de damas de honor. Preciosas.
Todo se volvió a apagar, hasta la luz de encima mía. Todo se volvió oscuro.
-¿Chicas?-Pregunté.
Cada una de ellas me cogió de una mano y supe que estaban allí.
Una luz se encendió a nuestras espaldas e iluminó a una niña.
Nos dimos la vuelta y la vimos.
Chloe estaba vestida con un vestido rosa de volantes y de manga corta. Llevaba él pelo rizado con una diadema de flores.
-Chloe... Que guapa. Si fueses del Madrid serías perfecta. Es tu único defecto.
-No... Mi defecto es no estar mas contigo tía.-Me dijo.-Y él tuyo casarte con uno del Real Madrid
Fui hasta ella una vez que se encendieron las luces de nuevo.
La cogí en brazos y le di vueltas. Que mona es ella.
-Eh, ahora no lo entiendes pero Marco es la mejor persona en él mundo.-Le dije.
La bajé y le obligué a quitarse él vestido para que no lo ensuciase al día siguiente.
Lo llevamos todo a la casa de Marco y las llevé a ellas también.
Metimos todo en las maletas y nos dirigimos al aeropuerto una vez que Chloe hubo merendado.
-¿Chloe también viene con nosotras?-Preguntó Sara.
-Si, su madre me dio permiso para llevarla con nosotras.
-A, vale.
-Oye, y Griezman como piensa ir.-Dije.
-Pues elegante. Quería ponerse un escudo del atleti pero se lo prohibí.-Me dijo.
-Gracias. Si hubiese llevado él escudo no le habría dejado.
Entramos en él avión. Chloe estaba asustada y emocionada. Era la primera vez que montaba en avión y seo se notaba. La obligué a ponerse él cinturón ya que no se quedaba quieta.
Al despegar, me dio la mano y así fue como nos quedando todo él viaje hasta aterrizar en Mallorca.
Nos fuimos al hotel en él que teníamos reservada una habitación y nos dormimos porque ya era tarde.

Idolo||Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora