30. Asimilando noticias

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Mi mente confusa, no me lo podía creer. Mi mejor amiga, con un colchonero. Vaya faena. No me lo esperaba. Pero, sigue siendo mi mejor amiga.
-Sara, donde estas.
-Aquí. Que pasa.-Dijo tan tranquila sentada en la tumbona de su jardín.
Estaba tomando él sol con su característica sonrisa diaria.
-No... No te lo vas a creer.-Le dije intentando respirar.
Se percató de que mi cara no expresaba precisamente alegría. Se sentó en la tumbona y me miró a los ojos.
-Cuenta.-Dijo un poco mas alarmada.
-Natalia... Natalia... -Dije. Me senté y respiré.-Sale con Griezman.
-¡Como!-Dijo Isco por detras.
Cuando habría aparecido allí, no se le había oído llegar. ¡Pero será cotilla!
-Bueno, dejala. Si quiere salir con él, dejala.-Vale, Sara es muchisimo mas comprensiva que yo.
-Pero Sara, ¡Con un colchonero!-Dije.
-Lo se, con un jugador del Atleti. Pero, tu sales con Marco, yo con Isco, que pensará la gente de nosotras. Mira, ahí van unas chicas que salen con gente del Madrid. ¡Del Madrid!-Dijo imitando las voces de la calle.
Vale, Sara tiene razón. Aun así, no es mi vida. Cuando me lo dijo, le ví él brillo en los ojos y no pude evitar sentir felicidad por ella y rabia. ¡Soy Madridista hasta la muerte! Que queréis que os diga. Es verdad. La rivalidad entre ambos equipos es infinita. (Aunque él Real Madrid es muchísimo mas superior)
Me sabe mal haber dejado plantada así a Natalia pero... Yo con colchoneros no me junto.
-Se hace tarde me devería ir a casa. Marco se va a preocupar por mi.
-Vale, yo te llevo.
Fui con Isco y me llevó a su coche.
Llegué a casa de Marco y llamé a la puerta.
-Está abierto.-Gritó Marco desde dentro.
Abrí y le vi tumbado en él sofá jugando a la "play".
En cuanto me vio, se levantó y se acercó a mi.
-Hoolaaa, ¿que has echo?-Me dijo preocupado.
-Nada, solo me impacta la noticia de que Natalia salga con un colchonero.
Subí a mi (Nuestra) habitación antes de que pudiese responder y cerré la puerta. Me tumbé en la cama y con una almohada en la cabeza, grité hasta quedarme sin voz.
Marco llamó a la puerta y abrió. Me había quedado dormida.
-Celia, eh, despierta.
Abrí los ojos y ahí estaba él, en frente de mi. Era mas alto que yo. Se notaba. Sus ojos me imnotizaban.
-Hola.-Dije.
Me dio un beso y yo me levanté.
-No te vas a creer que ha pasado.
-Me lo cuentas mientras estamos de camino en el coche.-Me dijo él.
-¿Que?-Dije.
-Pues eso. Vamos a comer fuera.- Dijo él.
Me cogió de la mano y tiró de mi hacia la puerta.
-Oye Marco. Que no tengo los zapatos puestos.
Me soltó y subí arriba a cambiarme. Es que esta ropa no es para salir. Con un chándal no puedo salir por ahí a comer. Me mirarían todos.
-¿Estas ya Celia?-Preguntó Marco desde él salón.
-Un momento.-Dije.
Abrí él armario y miré dentro. Es como estos dichos en los que dicen que las chicas decimos que no tenemos que ponermos aunque todo él armario esté lleno. Pues eso era lo que me pasaba. Que no tenía que ponerme. Pues nada, shorts vaqueros y camiseta corta blanca. Unos zapatos chulos y ya esta.
Bajé abajo y Marco me miró.
-¿Para eso me has echo perder veinte minutos?-Me dijo cogiendome de la mano.
-Claro, que creías,¿que iría con chándal como tu?
Miré hacia él. Se había cambiado mientras yo estaba arriba. Llevaba traje.
-Veeenga.-Me dijo.
Salimos a fuera y entramos en él coche.
-¿Que me tenías que decir?-Me dijo
-Nada importante. Que Natalia sale con un colchonero.-Dije de sobrada.
-Bueno, da igual.
-Si, pero es que no les soporto.
-Es tu mejor amiga. Eso es lo que cuenta Celia.-Me dijo Marco.
Aparcamos en un restaurante en él centro de Madrid. Se me había pasado ya un poco él shock inicial. Me alegraba de que Natalia hubiese encontrado a alguien en su vida.
Entramos dentro del restaurante y nos sentamos en una mesa en la que ya había tres personas.
-Hola.-Dije.
Me senté y me puse a mirar la carta. No me apetecía estar ahí.
La mesa la ocupaban: Noa, Natalia y Antonie Griezman.
-Celia, se nota que te has enfadado.-Me dijo Natalia.
-No me he enfadado. Solo pasa que me ha impactado.-Le dije.
Cenamos tranquilamente y Natalia me estuvo toda la noche dando la lata.
-Voy al baño, ahora vuelvo.-Dije
Me levanté de la mesa y dejé la sevilleta. Entré por un pasillo hasta él baño.
Al salir, una mano me agarró y no me soltó hasta que me giré y le miré.

Idolo||Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora