41. Pillados

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Se habrán dormido. Pienso en ello. No creo pero mientras no hagan ruido, me vale.
-Bien, se han dormido.-Dice Marco.
-Lo se.
No se han dormido. Se nota. Iban a aprovechar la ultima noche sin estar casados. No la van a pasar dormidos.
Subo las escaleras. Él pasillo está a oscuras y no se ve nada de luz. Sigo hasta la puerta de Isco y de Sara. Está cerrada. Pego la oreja a la puerta. Nada. No se olle nada. Pues puede que si que se hayan dormido. La habitación de los niños está abierta. Los dos duermen en sus respectivas camas. Son muy monos durmiendo.
Abro la habitación de Isco y Sara. La luz apagada. Enciendo la luz para ver si de verdad están dormidos. No. No deben de estar dormidos. Ya se porque no se oía nada. En esa habitación solo estoy yo. Nadie mas. Entonces, donde están. La casa tiene jardín pero hace frío. Sara, al contrario que yo, no soporta él frío.
Vuelvo a la planta baja. Marco sigue sentado esperándome.
-Y bien. ¿Estan dormidos? -Me pregunta.
-Ni idea. He abierto su habitación y no había nadie.
-Es extraño. Estarán en él jardín.
No se porque le da igual. Supongo que mientras no molesten, da igual donde esten. Con ellos o sin ellos vamos a vivir nuestra luna de miel perfecta. Me mira con una sonrisa malvada y sin previo aviso, Marco tira de mi hasta que quedamos tumbados. Yo encima de él.
Me besa y como siempre, me lleva al cielo. Me olvido de todo. De los niños, de la extraña desaparición de nuestros amigos, de la erupción y de la boda. Absolutamente de todo.
El parece que tambien relajado. Se deja llevar y yo asumo él control. Le vuelvo a sentar porque no me gusta que este debajo de mi. Hace calor en la casa. Le quito la chaqueta. También me quito la mía.
-Eres mi ídolo.-Le digo.
-Y tu la mía. Me haces levantarme todos los días por la mañana porque se que estoy contigo.
-No es lo mismo. Tu eres mi ídolo desde siempre. Porque eres tu. Ya lo oíste. Antes era Alarcon. Pero ahora... ¿No es un poco creído?
Me vuelve a besar. Esta vez, él controla los movimientos. Sus labios son cálidos. Sabe como agradar a una chica. Como siempre.
-Vaya vaya. Sabia que hoy era mi oportunidad de descubriros. Después decís que yo hago cosas peores que vosotros. Y no soy un creído. -Dice Isco muy de cerca.
Me levanto y me separo de Marco.
-Eres muy cotilla Alarcon. Sabia que estabas ahí. Me lo sospechaba. No puedes estar ni diez minutos sin estorbar.-Le digo.
-Lo se pero merece la pena.
-¿Desde cuando estas aquí?-Pregunta Marco.
No se él. Pero yo les vi escondidos al bajar. No saben esconderse.
-Antes de decir que ya no soy tu ídolo. Eso me ha llegado al corazón.-Dice haciendo un poco de teatro.
-Vale, no te ofendas. Pero ademas, Marco es mi marido. Y no hagas teatro. Que pareces Luis Suarez en la Supercopa. Y además. Pídele a tu hijo que te enseñe a esconderte. Se te ve desde lejos debajo de la mesa.
Ya está. He aprovechado la oportunidad.
Se queda con cara de atontado un momento. Después ya lo pilla.
-Aun así os he visto. Ya no puedes decir nada. Además, Marina fue otra cosa. No se disfrutaba. Solo quería hacercarse a Marco. ¡Pero os he pillado!-Dice Isco glorioso.
-Repite esa parte.-Digo.
-Que os he pillado.
-No esa.-Dice Marco. Él también se ha dado cuenta.
-Se refiere a lo de Marina.-Dice Sara.
-Ah, lo descubrí en mi fiesta del año pasado. Cuando me preguntó que donde estabas y que si estabas con alguien. Se lo dije pero no me hizo caso.
-¿Tu sabias lo que se traía entre manos?-Pregunta Marco pasmado.
-Si.
-Y no me lo dijiste. Ya te vale.
Marco e Isco se empiezan a pelear y Sara y yo nos separamos de ellos.
Yo bostezo para captar su atención y hacer que dejen de pelearse. Lo consigo. Paran y me miran.
-Se acabó la pelea. Es tarde.-Digo.
Sara se pone a mi lado. Está de acuerdo conmigo. Sara y yo subimos las escaleras sin esperar a los chicos. Seguramente ya se habrán olvidado de los motivos de la pelea. Si es que son súper amigos. No se van a enfadar así porque si. Sara y yo nos despedimos. Cada una se va a su habitación. Me meto en él baño y me pongo él pijama. Al salir, Marco se esta cambiando en medio de la habitación.
-Marco por dios. Cambiate en algún sitio donde te tapes.
-¿Te molesta?
-Em, claro. Pero por respeto a ti.-Digo.
Se pone él pijama y nos dormimos como siempre.

Idolo||Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora