Dieciocho.

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Capítulo dieciocho.

[...] Di media vuelta y me encontré con el señor Stradlin. Respiré hondo y me acerque a él.

—¿Podría decirme en donde están todos?

—Les di el día libre —respondió buscando mi mirada.

—¿Pero por qué hizo eso?

—Quiero tenerla conmigo —eso hizo que levante la mirada, conectándola con la de él, lo miré con rabia.

—Ya no le creo ni una sola palabra.

—Quiero que nos relajemos y hablemos sobre lo que pasó esta mañana.

—No quiero saber nada ya, solo cumpliré con fingir su novia.

—Venga, vamos a otro lugar —extendió su mano pero, me negué a tomarla.

—No, iré a visitar a un amigo.

—Tal vez se refiera a su amante —dio un paso hacia mi, me quedé quieta.

—No se confunda, yo no soy como usted, no me ando revolcando con cualquiera, y ni se atreva a golpearme esta vez.

—¿Tanto miedo siente conmigo cerca?

—¿Miedo? Yo jamás siento miedo —me crucé de brazos.

—No trate de engañarme, sus ojos ya me han contado demasiado.

—Pero aún no le han contado lo que verdaderamente quiere saber —dije con suficiencia.

—Ha acertado, ahora tome mi mano y salgamos de este lugar.

—Yo saldré de aquí, pero no con usted.

—¿Está renunciando?

—No, yo seguiré fingiendo, aún puedo soportar unos cuantos engaños.

—Si tan solo supiera lo que Sarah a significado en mi vida, quizás podría comprender mi situación.

—¿Cómo saberlo si no se atreve a contármelo? ¿Sabe qué? Mejor voy a hablar con mi amigo, tal vez me ayude.

—¿A qué amigo se refiere? Usted está sola, siempre estuvo sola.

—Creí que ahora estaba con usted, pero al parecer me he equivocado.

Salí de allí, por suerte no se le ocurrió seguirme. Solo quería que las cosas mejoren. ¿Era mucho pedir eso? Dije que iría con un amigo. ¿De quién estaba hablando? Finalmente decidí dar unas cuantas vueltas por la ciudad, volver a la realidad. Al pasar por una cafetería decidí desayunar.

Media hora después al salir del lugar, pude ver al señor Izzy, maldición. Me mezclé con la multitud, el aún no me había visto. Llegué hasta la esquina, pero alguien me tomó del brazo. Era él, al parecer estaba demasiado enojado. Me arrastró, por decirlo así, hasta el auto.
No ha dicho nada, aún no se hacia dónde vamos. No deseaba hablar, no quería que me golpee.

—¿A dónde vamos? —susurré.

—Primero daremos unas vueltas, luego a un lugar en donde encontrará todas las respuestas a sus preguntas.

—¿No sería mejor ir ahora hacia allí?

—¿Está segura?

—Sí, supongo que si.

—Pero antes, acompáñeme a desayunar algo.

—¿No ha desayunado? —pregunté sorprendida.

—La he estado buscando.

—Me hubiera marcado al celular

—Aún así usted no hubiera contestado.

—Tiene razón.

¿A caso lo sabía todo? ¿En dónde quedaría ese lugar? Quería saberlo, llegamos a una cafetería y él pidió su orden. En cambio, yo no, ya que ya había desayunado antes. Al parecer el señor Izzy estaba haciendo algo así como tiempo. Lo notaba en forma en la que bebía su café y comía sus medialunas. ¡Quería ir a ese lugar!

—¿A caso está haciendo tiempo?

—Claro que no, solo estoy desayunando, no hay nada raro en eso. ¿O si?

—Pues para mi si.

—Veo que quiere saber dónde es ese lugar ¿No es cierto?

—Sabe muy bien que si, señor.

—Está bien.

Terminó de desayunar, pagó y nos dirigimos al auto. Estaba ansiosa, quería conocer ese lugar. Quería saber más de él y también qué significa Sarah para él.

Él sonríe y yo solo me encuentro impaciente. Él lo ha notado. Estaciona frente a una casa, está un poco descuidada. Baja, yo lo sigo. ¿Qué significaba eso? ¿Quién vivía allí? ¿Él, o ella?Muchas historias se creaban en mi mente pero, ¿cuál era la correcta? Él toca el timbre, minutos después alguien abre la puerta.







sooooorry, ayer no pude actualizar ))): buuuut, hoy subiré otro más tarde para compensarlo jesjes. <3

–mucho love, sam.

Amor por conveniencia ; Izzy Stradlin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora