Amor por conveniencia ; Izzy Stradlin.

Treinta y nueve.

Treinta y nueve.

[...] no conocía a nadie excepto a Sarah, ella estaba allí, lucía mejor que la última vez que nos vimos, parecía más tranquila. Miré a Izzy, el ya sabía que la había visto.

—Esta es la casa de sus padres —me susurró.

—¿Entonces cómo te atreves a invitarme aquí?

—Eres mi novia, debo llevarte a todos lados. ¿No crees?

—Si, pero, ¿justo aquí tenía que ser?

–Sus padres son mis amigos, además, me dejaron dar un anuncio importante hoy.

—¿En serio? ¿Qué anuncio? —lo miré de reojo, estaba sonriendo.

—¿Intrigada?

—Solo un poco. ¿Me lo vas a contar?

—Es mejor que te enteres luego.

—¿Tus socios vinieron? —pregunté tratando de cambiar de tema.

—Sí, creo que sí. Duff dijo que tenía algo más importante, le dije sobre el anuncio y creo que ya debe estar por aquí.

—¿Todos saben del anuncio menos yo?

—Exacto.

—¿Debo saludar a Sarah? —dije mientras observaba como ella se acercaba.

—Claro, por amabilidad.

—Pero, ella intento matarme.

—Amabilidad antes que todo —insistió.

—Espero que sea amable cuando intente matarme otra vez —murmuré entre dientes.

—No lo va a hacer.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—Porque hablé con ella hoy.

¿Él había estado con ella? ¿Entonces la "reunión" fue una mentira? Muchas cosas aparecieron en mi mente. Tal vez habían regresado, esa idea hacía que se me revuelva el estómago.

Ella estaba en frente de nosotros, no sabía muy bien lo que estaban hablando. Mi mente se había ido a navegar por el mar de los recuerdos. Sus voces parecían alejarse. Volví a la realidad.

—Y estaré de viaje en viaje —decía ella sonriendo.

—Entonces dejará de intentar asesinarme, que alivio —solté un suspiro y ambos me miraron asombrados—. Yo... creo que iré al baño.

¿Por qué había dicho aquello? Debía adivinar en donde estaba el baño, di vueltas por el lugar, hasta que sin querer choqué con alguien, al querer disculparme me di cuenta de que era el señor McKagan, el sonrió.

—Que gusto encontrarla.

—Igual digo, señor McKagan.

—¿Izzy en dónde esta? —miró a todos lados buscandolo.

—Con Sarah —respondí de mala gana—. Yo iba hacia el baño.

—¿Huyendo de problemas? —enarcó una ceja.

—Más o menos.

—Ya veo, yo que usted no los dejaría a solas, hay muchas habitaciones por aquí —sin siquiera disimular miró hacia las escaleras.

—¿Cree que eso me importaría?

—Por la expresión que puso, si.

—Se equivoca —mentí.

—A mí no lograra engañarme, sé que siente algo por él. ¿Quién no lo haría? —lo miré asombrada, él se rascó la nuca un tanto nervioso—. Es un decir...

—Ahora no sé qué creer —confesé entre pequeñas risas.

—Solo fue un decir, en fin. ¿Se le ofrece un trago?

—Claro, por qué no.

—Enseguida regreso, no se mueva de aquí.

Él se fue, y yo me quede allí, inmóvil, podía sentir la mirada de muchos, eso hacía que mis nervios aumentaran. Desde aquí podía ver perfectamente a Sarah y s Izzy, él reía al igual que ella. Tal vez debían estar juntos. El señor McKagan llegó con las bebidas, bebí un sorbo. Necesitaba relajarme.

—No debe preocuparse, no deje que le afecte.

—¿De qué está hablando?

—De ellos, él aparenta una cosa, pero, es otra. Por ejemplo, ahora parece feliz pero, no lo es.

—¿Cómo puede asegurar eso?

—Porque lo conozco, realmente está feliz cuando la ve. Mírelo, ya se dio cuenta en donde está, desde hace rato está buscándola con la mirada, ahora que la vio... sonreirá

Y fue así, él sonrió. ¿Pero sería verdad todo lo que Duff me había dicho? ¿O solo era un plan por parte de ellos? Ya no sabía qué creer. Las luces se apagaron, y en cuanto se encendieron de nuevo pude notar que...