Nunca he presenciado al mar pero me imagino que ha de ser muy genial, el mar es poseedor de muchas cosas, como la habilidad de tener calma y tempestad al mismo tiempo pero no en el mismo lugar...
A veces creo que tenemos una conexión especial con el mar, ya que los mejores momentos que podemos llegar a vivir vienen acompañados de agua salada cómo lo son el sudor y las lagrimas.
Las olas son curiosas, parecen tan tranquilas y serenas, que no podrías llegar a pensar cuanto daño pueden causar, también llegan con la magia perdida de sus profundidades, te invaden, te llenan el alma pero cuando a gusto y seguro te sientes, se van.
Y así cuando menos te los esperan regresan... Algo así cómo tú.