Hablemos de todo y nada, sobre el por que me encantas. O del por qué a mi felicidad resaltas, no dejemos de conversar, ni de encajar tan bien.
Que nuestro diálogo sea sobre tu rostro, tan bello y apreciable, eso que lo hace invaluable y por consecuencia irremplazable, de todo eso que mi mente alcanza por el sentir de tú alma.
Hablemos de por qué cada vez al verte en mi se expande, una paz inefable casi tan grande como la tranquilidad al ver tus bellos ojos.
Son hermosos por su complejidad, son casi la misma otredad por las finas risas que logras causarme. Intrigantes me parecen por el misterio de saber si en verdad me quieres.
Hablemos de aquellos pensamientos que causan sentimientos en nuestros hambrientos corazones.
El hambre de amor,
La sed de calor,
El frío de tu ausencia
Y la luz de tu presencia.Hablemos de todo y nada.